Karol Borowiecki (Daniel Olbrychski), un joven noble polaco, es el ingeniero gerente en la fábrica textil Bucholz. Es despiadado en sus aspiraciones profesionales y no le preocupa la larga tradición de su familia, que ha disminuido financieramente. Planea establecer su propia fábrica con la ayuda de sus amigos Max Baum (Andrzej Seweryn), un alemán heredero de una antigua fábrica de telares manuales, y Moritz Welt (Wojciech Pszoniak), un empresario judío independiente. La aventura de Borowiecki con Lucy Zucker (Kalina Jędrusik), la esposa de otro magnate textil, le da aviso previo de un cambio en los aranceles del algodón y ayuda a Welt a hacer una fortuna en el mercado de futuros de Hamburgo. Sin embargo, se necesita más dinero, así que los tres personajes dejan de lado su orgullo para recaudar el capital necesario.

El día de la apertura de la fábrica, Borowiecki tiene que negar su aventura con la esposa de Zucker a un esposo celoso que, siendo él mismo judío, le hace jurar sobre un objeto católico sagrado. Borowiecki luego acompaña a Lucy en su exilio a Berlín. Sin embargo, Zucker envía a un asociado para espiar a su esposa; este confirma la aventura e informa a Zucker, quien se venga de Borowiecki quemando su flamante fábrica sin seguro. Borowiecki y sus amigos pierden todo por lo que habían trabajado.

La película avanza unos años. Borowiecki se ha recuperado financieramente al casarse con Mada Müller, una rica heredera, y posee su propia fábrica. Su fábrica está amenazada por una huelga de trabajadores. Borowiecki se ve obligado a decidir si abrir fuego o no contra los trabajadores en huelga y manifestantes, quienes lanzan una roca a la habitación donde se encuentran Borowiecki y otros. Un asociado le recuerda que nunca es demasiado tarde para cambiar sus maneras. Borowiecki, que nunca ha mostrado compasión humana hacia sus subordinados, autoriza a la policía a abrir fuego de todas formas.