Lucien (Pierre Blaise), a pesar de su feroz y exitosa colaboración con la Gestapo, se encuentra enamorándose de France (Aurore Clément), la joven hija de Albert (Holger Löwenadler), el sastre judío que le hizo el elegante traje sugerido por sus superiores; pronto, comienzan una relación algo reticente: él todavía tenía dudas sobre la posición en la que estaba y el origen judío de France; ella veía esta relación como un pasaje seguro de la persecución nazi en curso. Mientras tanto, a Lucien se le advierte que sus acciones podrían, algún día, hacer que sea condenado como traidor e incluso asesinado.

Para 1944, las cosas empeoran. Albert quiere discutir con Lucien su relación con France, pero el jefe de los colaboradores locales de la Gestapo entrega al hombre a los nazis. Un ataque de la Resistencia resulta fatal para la ciudad ya que, en represalia, toda la población es reunida y cualquier judío descubierto debe ser arrestado y marcado para la deportación a los campos; entre ellos, la familia de France. Cuando Lucien y un soldado de la Gestapo llegan para llevarse a France y a su abuela Bella (Therese Giehse), Lucien, de repente reacio a perder a su amor, mata al soldado y huye con las dos mujeres.

Intentan llegar a España en vehículo, como Bella había deseado durante mucho tiempo; sin embargo, su vehículo de escape se avería y deben continuar a pie hasta que encuentran una casa de campo aislada, donde se esconden hasta la eventual derrota y rendición de los nazis.

La escena final muestra a Lucien y France, juntos junto a un pequeño cuerpo de agua, mientras las tarjetas de título informan que, en octubre de 1944, Lucien fue arrestado por la Resistencia, juzgado por traición y condenado a muerte.