Final de Las diabólicas

(1955)
Final de Las diabólicas
"Míralo y admíralo, pero mantén la boca cerrada."

Título original: Les Diaboliques

29/01/1955 (ES)Drama, Terror, Suspense117 min
Dónde ver la película Las diabólicas online

Sinopsis

El director de un colegio, el señor Delasalle, convive con su esposa y su amante, la profesora Horner. Pero las dos mujeres, cansadas de sufrir la constante tiranía y malos tratos del hombre que comparten, deciden que esa situación no puede continuar.

Henri-Georges Clouzot

Director

Henri-Georges Clouzot

Escritor

Georges Van Parys

Compositor

Armand Thirard

Fotógrafo

Henri-Georges Clouzot

Productor

Reparto principal

Véra Clouzot

Véra Clouzot

Simone Signoret

Simone Signoret

Jean Brochard

Jean Brochard

Pierre Larquey

Pierre Larquey

Michel Serrault

Michel Serrault

Paul Meurisse

Paul Meurisse

Como acaba Las diabólicas

Un internado de segunda clase en Saint-Cloud, Hauts-de-Seine, en el área metropolitana de París,[6] está dirigido por el tiránico y cruel Michel Delassalle. Sin embargo, el colegio es propiedad de la esposa del profesor Delassalle, la frágil Christina, emigrada de Venezuela. Michel también mantiene una relación con Nicole Horner, otra profesora de la escuela. Más que antagonismo, las dos mujeres mantienen una relación un tanto estrecha, basada principalmente en su aparente odio mutuo hacia Michel. Michel es cruel con los alumnos, pega a Nicole y se burla de Christina por su enfermedad cardíaca.

Nicole, incapaz de soportar sus malos tratos por más tiempo, idea un plan para deshacerse de Michel para siempre. Aunque vacilante al principio, Christina acaba consintiendo en ayudar a Nicole. Mediante una amenaza de divorcio, atrae a Michel al edificio de apartamentos de Nicole en Niort, una ciudad a varios cientos de kilómetros de distancia, y Christina lo seda. Las dos mujeres lo ahogan en una bañera y, de vuelta a la escuela, tiran su cuerpo a la piscina descuidada. Cuando su cadáver flota en la superficie, piensan que parecerá un accidente. Casi todo sale según sus planes hasta que el cuerpo no sale a la superficie. El cadáver de Michel no aparece por ninguna parte cuando se vacía la piscina. Entonces, el traje que Michel llevaba puesto cuando lo ahogaron vuelve de la tintorería. Cuando el propietario de la tintorería devuelve también una llave de una habitación de un hotel cercano que estaba con la ropa, Christina va a la habitación. Allí el hombre de la limpieza le dice que Michel había guardado la habitación durante un tiempo pero que rara vez o nunca se le veía y que no guardaba nada allí.

Nicole ve en el periódico que la policía ha encontrado el cadáver. Sin embargo, cuando Christina va a la morgue, descubre que en realidad no es el cadáver de Michel. Allí conoce a Alfred Fichet, un policía jubilado que ahora trabaja como detective privado. Éste se involucra en el caso, para disgusto de Nicole.

Christina, Nicole y otros profesores encuentran a un alumno que afirma que Michel le ha ordenado rastrillar hojas como castigo por romper una ventana. Tras oír esto, el estado cardíaco de Christina empeora y sus médicos temen que pueda morir pronto a menos que mantenga un estricto reposo en cama. Cuando se hace la fotografía del colegio, el resultado parece mostrar la figura espectral de Michel en la ventana, detrás de los alumnos. Nicole, nerviosa, abandona el colegio y le pide a Christina que vaya también, pero ella está demasiado enferma y asustada.

Christina, presa del miedo, se lo cuenta todo a Alfred. Él no la cree, pero investiga la piscina. Esa noche, Christina oye ruidos y deambula por la escuela. Cuando se da cuenta de que alguien la sigue, corre a su habitación. Allí encuentra el cadáver de Michel sumergido en la bañera, que está llena de agua. Michel sale de la bañera y Christina sufre un infarto y muere. Michel y Nicole han tendido una trampa a Christina desde el principio, actuando Michel como un fantasma vengativo para asustar a Christina hasta la muerte. Sin embargo, Alfred escucha su celebración y se da cuenta de todo, diciéndoles que les caerán de 15 a 20 años, dependiendo del juez.

El colegio cierra tras el escándalo. Mientras los niños y los profesores se marchan, el mismo chico que antes había roto una ventana rompe otra. Cuando le preguntan cómo recuperó su tirachinas, el niño dice que se lo dio Christina.