Rodney Williams es un alto burócrata del Consejo del Condado de Londres en el Londres de 1953. Se sienta en su escritorio rodeado de pilas de papeleo y parece desinspirado. Un grupo de mujeres, liderado por la señora Smith, presenta una petición al consejo para que un sitio bombardeado durante la Segunda Guerra Mundial sea reconvertido en un parque infantil. Son enviadas con su petición de departamento en departamento con un empleado más joven, el Sr. Wakeling. A pesar del entusiasmo de Wakeling, se ve obstaculizado por una burocracia rígida y lenta en cada paso. La petición hace las rondas habituales y termina de vuelta con Williams, quien la coloca de nuevo en su pila de papeleo, dejando claro a sus colegas su intención de no tomar más medidas.

Cuando a Williams le diagnostican cáncer terminal, opta por no decírselo a su hijo Michael y a su nuera, Fiona. En cambio, retira la mitad de sus ahorros de toda la vida, compra una cantidad letal de medicamento para dormir y planea suicidarse en una ciudad costera. Al no poder llevar a cabo su plan, le da el medicamento a Mr. Sutherland, un escritor insomne que conoce en un restaurante. Conmovido por la historia de Williams, Sutherland lo lleva a pasar una noche en la ciudad, donde Williams reemplaza su tradicional sombrero de copa por un sombrero fedora después de que una prostituta le roba el suyo. La pareja va a bares, canta, bebe en exceso y asiste a un espectáculo de striptease/burlesque.

De regreso a Londres, pero no al trabajo, Williams se encuentra con Miss Margaret Harris, una joven subordinada anterior que tomó un puesto en un restaurante Lyon's Corner House mientras él estaba fuera. La entrometida vecina de Williams ve a la pareja almorzando en un restaurante de lujo y se lo cuenta a Fiona, quien exige que Michael hable con su padre sobre el posible escándalo. Mientras tanto, Williams intenta contarle a Michael sobre su diagnóstico, pero ninguno de los dos logra hablar de lo que necesitan.

A medida que la salud de Williams empeora, intenta pasar más tiempo con Harris, cuya vitalidad juvenil envidia y le gustaría recuperar antes de morir. Dándose cuenta de que la mejor manera de pasar su tiempo restante es haciendo algo bueno, Williams moviliza a su oficina para aprobar la construcción del parque infantil. Durante este tiempo, a través de su mutuo respeto por Williams, Harris y Wakeling se han encariñado el uno con el otro y se les ve paseando y sentados juntos en parques.

Aunque logra impulsar el proceso enfrentándose a sus colegas y superiores, muere poco después de que la construcción haya terminado. En su funeral, bien asistido por las personas a las que ha ayudado, Michael adivina que Williams le había contado a Harris sobre su diagnóstico, pero no a él.

Inspirados por las acciones de Williams, sus antiguos colegas se comprometen a seguir su ejemplo y abogar por un cambio positivo, pero pronto vuelven a sus viejas formas burocráticas. Wakeling, que se unió a la oficina poco antes del diagnóstico de Williams, lee una carta que le dejó Williams instruyéndolo a recordar el parque infantil cuando se sienta desanimado. Al visitar el parque, Wakeling se encuentra con un policía que le dice que vio a Williams allí poco antes de morir, meciéndose en el columpio en la nieve y cantando "The Rowan Tree". El agente se siente culpable por haber dejado a Williams sentarse en el frío en su condición. Wakeling consuela al oficial, diciendo que Rodney Williams probablemente estaba más feliz en ese momento de lo que había estado en mucho tiempo.