Final de Los invasores (1941)
(1941)
Final de Los invasores (1941) (1941)
Título original: 49th Parallel
Sinopsis
Unos soldados alemanes, cuyo submarino ha sido hundido frente a las costas canadienses, tratan de llegar a los EEUU, todavía territorio neutral. El grupo sufrirá todo tipo de visicitudes en su desesperada huida e irá sembrando el pánico por todas partes.
Michael Powell
Director
Freddie Young
Fotógrafo
Michael Powell
Productor
Reparto principal

Leslie Howard

Laurence Olivier

Raymond Massey

Adolf Wohlbrück

Eric Portman

Raymond Lovell
Como acaba Los invasores
Aunque fue criticada por ser una película de propaganda para ganar apoyo para que los Estados Unidos entraran en la Segunda Guerra Mundial, esta película ganó el Oscar a la mejor historia original.
Al comienzo de la Segunda Guerra Mundial, un submarino alemán está hundiendo barcos cerca de Canadá. Mientras seis hombres salen en una pequeña embarcación, el submarino es hundido por la aviación aliada. Los Estados Unidos siguen siendo neutrales, y los seis hombres huyen a través de Canadá con la esperanza de ponerse a salvo en los Estados Unidos.
Llegan a una cabaña con tramperos franco-canadienses. Matan a un trampero (Sir Laurence Olivier) y a unos comerciantes esquimales. Escapan en un hidroavión. Un alemán es abatido por los esquimales y otro muere en el accidente del hidroavión. Llegan a una colonia agrícola de huteritas, procedentes de Alemania. Creen que los huteritas serán comprensivos. Sin embargo, los huteritas dejaron la opresión en Alemania y aman Canadá. Vogel se arrepiente de haberse alistado en la marina alemana y quiere quedarse viviendo con los huteritas. El oficial le dispara por ser un desertor.
Los tres alemanes restantes se abren paso por Canadá, matando y robando para conseguir lo que necesitan. Uno de ellos es detenido. Los dos últimos huyen al bosque, donde se encuentran con Philip Scott. Scott está acampado allí, pintando y escribiendo. Scott les invita a su campamento y les da comida. Lo toman por sorpresa y lo atan. Se burlan de él por ser un cobarde, queman sus escritos y sus cuadros, y escapan con sus armas. Scott se libera. El desarmado Scott persigue, alcanza y captura a Kranz.
El oficial al mando, Hirth, es el único que queda. Se sube a un tren de carga. En el tren, conoce a Brock, un soldado canadiense ausente sin permiso. Hirth y Brock debaten sobre los méritos del nazismo y la democracia. El tren ha entrado en Estados Unidos y Hirth cree que está a salvo. Brock quiere que lo arresten y lo envíen a Canadá para ser juzgado por asesinato. Hirth exige que lo lleven al consulado alemán, según el derecho internacional. Los agentes de aduanas simpatizan con Brock, pero no tienen base legal para enviarlo a Canadá. Brock señala que no pueden permitir que entre en el tren de mercancías ninguna carga que no figure en el manifiesto. Hirth y Brock no figuran en el manifiesto, por lo que ese vagón es devuelto a Canadá.