Final de Los límites del control
(2009)Final de Los límites del control (2009)
"No hay entrada sin salida."
Título original: The Limits of Control
Sinopsis
Un hombre misterioso, desconfiado y solitario,que vive al margen de la ley y lleva siempre un violín bajo el brazo, llega a España con la intención de terminar un trabajo. En su camino se cruzarán los más peculiares personajes.
Jim Jarmusch
Director
Christopher Doyle
Fotógrafo
Jon Kilik
Productor
Reparto principal
Isaach De Bankolé
Tilda Swinton
Bill Murray
Gael García Bernal
John Hurt
Youki Kudoh
Como acaba Los límites del control
En un aeropuerto, el Hombre Solitario (Isaach de Bankolé) recibe instrucciones sobre su misión por parte de Creole (Alex Descas). La misión en sí se deja sin explicar y las instrucciones son crípticas, incluyendo frases como "Todo es subjetivo", "El universo no tiene centro ni bordes; la realidad es arbitraria" y "Usa tu imaginación y tus habilidades". Tras el encuentro en el aeropuerto, viaja a Madrid y luego a Sevilla, encontrándose con varias personas en cafés y trenes a lo largo del camino.
Cada encuentro tiene el mismo patrón: pide dos espressos en un café y espera, su contacto llega y en español le pregunta: "No hablas español, ¿verdad?", a lo que él responde: "No". Los contactos le hablan de sus intereses individuales, como las moléculas, el arte o el cine, y luego ambos intercambian cajas de cerillas. Dentro de cada caja de cerillas hay un código escrito en un pequeño trozo de papel, que el Hombre Solitario lee y luego come. Estos mensajes codificados le conducen a su siguiente cita.
Se encuentra repetidamente con una mujer (Paz de la Huerta) que siempre está completamente desnuda o sólo lleva un impermeable transparente. Ella le invita a tener sexo con ella, pero él se niega, afirmando que nunca tiene sexo mientras trabaja. Una frase que le dice Creole, el hombre del aeropuerto, se repite a lo largo de la película: "El que se cree más grande que los demás debe ir al cementerio. Allí verá lo que realmente es la vida: un puñado de tierra". Esta frase se canta por peteneras en una discoteca de Sevilla en un momento de su viaje.
En Almería, le dan un paseo en una camioneta -conducida por un compañero del mexicano (Gael García Bernal)- en la que están pintadas las palabras La vida no vale nada, frase que le dice Guitarra (John Hurt) en Sevilla, y le llevan al desierto de Tabernas. Allí se encuentra un recinto fortificado y fuertemente vigilado. Tras observar el recinto desde lejos, penetra de alguna manera en sus defensas y espera a su objetivo dentro de la oficina del mismo. El objetivo (Bill Murray) le pregunta cómo ha entrado, y él responde: "He usado mi imaginación". Tras el asesinato con una cuerda de guitarra, regresa a Madrid, donde guarda bajo llave el traje que ha llevado durante toda la película y se pone un chándal con la bandera nacional de Camerún. Antes de salir de la estación de tren a una acera abarrotada, tira su última caja de cerillas.