A los 14 años, Karen se quedó embarazada y dio a su hija en adopción. La decisión de renunciar a su hija siempre la ha perseguido. Al conocer al tranquilo Paco en el trabajo, Karen se deja llevar por su ansiedad y desconfianza. Poco a poco va calmando su ansiedad gracias a su creciente relación con Paco, y se casan. Paco convence a Karen de que escriba una carta a su hija adulta desconocida, y ella deja la carta en la agencia católica que había organizado la adopción.

La hija de Karen, Elizabeth, crece y se convierte en una persona solitaria, obstinada y de corazón duro. Es contratada como abogada en un prestigioso bufete dirigido por Paul. Tienen una aventura y Elizabeth se queda embarazada. Renuncia sin informar a Paul de su estado y se muda a un nuevo apartamento y a un nuevo trabajo. También deja una carta para su madre biológica en la agencia de adopción.

Lucy es una panadera que anhela ser madre, pero no puede tener hijos propios. Ella y su marido, Joseph, se ponen en contacto con la misma agencia de adopción y se reúnen con una joven madre embarazada. Tras una larga entrevista, la madre acepta dar a la pareja su bebé, pero cambia de opinión poco después de dar a luz. Lucy está desolada por esta noticia. Joseph revela que realmente quiere tener su propio hijo biológico y él y Lucy se separan.

Elizabeth muere mientras da a luz a su hijo. Como nadie se presenta para reclamar el bebé, la agencia se lo ofrece a Lucy, que lo adopta. Al principio, Lucy se siente abrumada por las exigencias de ser una nueva madre.

Un año después, Karen se entera de la muerte de Elizabeth y de su carta, que se había extraviado, en la que le informaba de que tenía una nieta llamada Ella. La agencia organiza una reunión y Karen conoce a la niña y a Lucy, que viven a poca distancia en su propio barrio.