Final de Marcelino pan y vino

(1955)
Final de Marcelino pan y vino
"Una Película de Ladislao Vajda"

Título original: Marcelino pan y vino

24/02/1955 (ES)Drama91 min

Sinopsis

En el siglo XIX, después de una larga guerra, un bebé es abandonado a la puerta de un convento de frailes franciscanos que intentan, sin éxito, buscarle una familia. Pasan los años, y aunque el niño vive feliz entre los monjes, no puede dejar de añorar a su madre. Marcelino se hace amigo de un Cristo crucificado que hay en el desván del convento: habla con él y le sube de la cocina pan, vino y otros víveres que puede encontrar.

Ladislao Vajda

Director

Heinrich Gärtner

Fotógrafo

Reparto principal

Pablito Calvo

Pablito Calvo

Rafael Rivelles

Rafael Rivelles

Antonio Vico

Antonio Vico

Juan Calvo

Juan Calvo

Fernando Rey

Fernando Rey

José Nieto

José Nieto

Como acaba Marcelino pan y vino

"Marcelino Pan y Vino" es una película clásica del cine español, basada en la novela homónima de José María Sánchez Silva. La historia sigue a un niño huérfano llamado Marcelino, quien es criado por los frailes en un monasterio. Marcelino es un niño curioso y aventurero, y la película narra sus experiencias y descubrimientos dentro y alrededor del monasterio.

El descubrimiento de Marcelino


Uno de los momentos más significativos en la vida de Marcelino es el descubrimiento de una figura de Cristo crucificado en el ático del monasterio. Marcelino, movido por la compasión, comienza a llevarle pan y vino a la figura, creyendo que está hambriento y sediento. Con el tiempo, establece una relación especial con la figura, a quien considera su amigo y confidente.

La conversación milagrosa


El clímax de la película se produce cuando Marcelino le pide a la figura de Cristo que lo lleve al cielo para reunirse con su madre, a quien nunca conoció. En una escena emocional y conmovedora, la figura de Cristo cobra vida y conversa con Marcelino. Esta interacción es el milagro central de la película y muestra la pureza e inocencia del corazón de Marcelino.

El final conmovedor y su significado


En el desenlace, Marcelino yace en los brazos de la figura de Cristo y muere pacíficamente, con una sonrisa en su rostro. Los frailes, al encontrarlo, se dan cuenta del milagro que ha ocurrido. La película termina con la muerte de Marcelino, quien encuentra la paz y la felicidad eterna en el cielo con su madre.

La muerte de Marcelino es simbólica y representa la inocencia, la fe pura y la conexión espiritual que el niño tenía. Su historia resalta la idea de que el amor y la fe genuinos pueden trascender lo terrenal y llevar al cumplimiento de los deseos más profundos del corazón. La película, con su final agridulce, deja una impresión duradera sobre la compasión, la bondad y la espiritualidad.