El conmovedor drama Mars One, de Gabriel Martins, muestra los desafíos únicos a los que se enfrenta cada miembro de una familia muy unida tras las elecciones presidenciales de 2018 en Brasil, en las que un candidato de extrema derecha ganó el escaño. Deivinho (Cícero Lucas) es un niño inteligente con grandes sueños de convertirse en astrofísico, mientras que su padre, Wellington (Carlos Francisco) quiere que sea futbolista. El patriarca es conserje en un bloque de apartamentos de lujo y uno de los residentes resulta ser Juan Pablo Sorín (que aparece como él mismo), un famoso futbolista brasileño que podría ayudar al chico en su carrera. Su madre, Tércia (Rejane Faria), empieza a sufrir insomnio y ansiedad tras verse envuelta en una terrible broma televisiva en la que simulaban hacer explotar una cafetería. La hermana del chico, Eunice (Camilla Damião), adora a su familia, pero le cuesta contar a sus padres su sexualidad y que quiere irse a vivir con su novia, Joanna (Ana Hilário).

Final explicado de Mars One

En el tercer acto, parece que el sueño de Wellington de ver a su hijo convertirse en futbolista profesional se hará realidad después de que Juan Pablo Sorín cumpla su palabra y consiga que Deivinho asista a una prueba. Lamentablemente, la fecha de la prueba coincide con la fecha en que Eunice y Joanna iban a llevar al niño a una feria de ciencias. Deivinho, decepcionado, se lesiona a propósito bajando en bicicleta por una cuesta empinada.

Convencida de que tiene mala suerte, Tércia decide hacer un viaje de fin de semana para no entorpecer las posibilidades de éxito de su familia. Mientras compra el billete de autobús más barato a "cualquier parte", ve al hombre del programa de bromas televisivas intentando gastar otra broma tonta en la terminal de autobuses. La mujer decide enfrentarse a él y, en un ataque de rabia catártica, rompe una de las costosas cámaras. Antes de que pudiera volver a comprar el billete de autobús, la llaman de vuelta a casa, donde Eunice y su novia ya están atendiendo a un Deivinho herido.

Para el pobre Wellington, las cosas se ponen muy mal, muy rápido. Tras cometer el error de confiar a su compañera de trabajo la llave del apartamento de su jefe mientras ella estaba de vacaciones, se entera de que su colega ha robado en el lugar. El administrador del edificio responsabiliza a Wellington del robo y lo despide. Cuando llega a casa y ve que la lesión de su hijo le impedirá asistir a las pruebas, el hombre sufre un ataque de nervios y cae rendido por primera vez en cuatro años.

Al día siguiente, un Wellington resacoso se siente fatal por haber roto su sobriedad. Sin embargo, su mujer se entera por las noticias de que el autobús que tenía que coger el día anterior sufrió un terrible accidente sin supervivientes. Ver al bromista de la tele en la estación antes de comprar el billete y embarcar en lo que habría sido una muerte segura fue pura suerte.

Por la noche, Tércia acude a una reunión de Alcohólicos Anónimos con su marido, que se derrumba cuando ve que Eunice también está en la reunión para mostrarle su apoyo. El padre y la hija tienen una conversación íntima cuando ella finalmente le dice que Joanna no es sólo una compañera de piso, sino su novia, lo que él parece aceptar. La película termina con una nota esperanzadora: la familia pasa un buen rato junta después de ver Marte con el telescopio que Deivinho construyó desde cero. No saben qué les deparará el futuro, ni si el niño cumplirá su sueño de viajar a otro planeta, pero se tienen el uno al otro. Y a veces, eso es suficiente.