En 1935, en París. Madeleine Verdier es una joven y atractiva actriz que lucha por conseguir papeles, y como resultado, está sin dinero. Comparte un ático sin agua corriente con su amiga Pauline Mauléon, una joven abogada que busca clientes. Madeleine tiene como enamorado a André Bonnard, hijo del dueño de una gran fábrica de neumáticos que recibe escaso apoyo financiero de su padre.

Va a una cita con el productor de teatro Montferrand, quien le ofrece un pequeño papel en una obra, a condición de que se convierta en su amante. Ella se niega. Intenta vi0larla. Ella se defiende y logra escapar. Una vez de vuelta en su casa, recibe la visita de su amigo André, quien viene a explicarle que, para resolver sus problemas financieros, planea casarse con una heredera adinerada y hacer de ella su amante. Madeleine, que esperaba que André la casara y aceptara trabajar, está desesperada.

Brun, inspector de la seguridad, toca en el apartamento de las dos amigas: Montferrand ha sido asesinado y Madeleine es sospechosa. El juez de instrucción, Gustave Rabusset, informado de la situación, está rápidamente convencido de la culpabilidad de Madeleine, quien primero niega, pero cuando Rabusset le dice que si puede alegar legítima defensa, no necesariamente será condenada, ella confiesa repentinamente y elige a su amiga Pauline como abogada.

En el juicio, Madeleine y Pauline convierten el caso en un símbolo de la opresión de las mujeres por parte de los hombres, y Madeleine da una interpretación muy conmovedora del papel de la joven ultrajada escrito por Pauline. Es absuelta por un jurado completamente masculino bajo los aplausos de las numerosas mujeres presentes en el juicio.

Después de su absolución, Madeleine se convierte en una actriz famosa, y Pauline en una abogada solicitada. Dejan su miserable vivienda y se mudan a una mansión en Boulogne. André quiere renunciar a su matrimonio con la rica heredera para casarse con Madeleine, pero su padre se opone. Es entonces cuando reciben la visita de Odette Chaumette, antigua actriz del cine mudo cuya carrera está en un callejón sin salida desde la llegada del cine sonoro. Les explica que ella mató a Montferrand y que Madeleine le robó su crimen con la fama que le trajo. Exige dinero a las dos jóvenes, quienes se niegan. Ella decide entonces denunciarse, pero Rabusset, que, gracias al caso Montferrand, ha sido ascendido y se ha convertido en el primer juez de instrucción, se niega a reabrir este caso ya juzgado y le ordena que vuelva cuando pueda acusarse de un crimen disponible.

Como Odette Chaumette continúa acosando a las dos amigas, Madeleine va a ver al arquitecto Palmarède, quien había hecho un contrato vitalicio con Montferrand y, por lo tanto, había ganado mucho dinero gracias a la muerte prematura de este último. Lo convence de invertir parte de ese dinero en la empresa del padre de André, que está en problemas. Madeleine y Pauline le explican que Madeleine no es la asesina, pero sobre todo le hacen ver el rescate de su empresa por parte de Palmarède: él acepta el matrimonio y le entrega a Odette el dinero que ella reclama para evitar comprometer la contribución de Palmarède. Odette también consigue un papel importante en la exitosa obra en la que actúa Madeleine; ambas interpretan una escena que reinterpreta el asesinato de Montferrand, donde Odette lo mata para salvar a Madeleine, víctima de un intento de vi0l4ci0n.