Bob Ivanovich, un joven hijo de padres ucranianos-americanos, reza una noche para que al día siguiente se monte un circo en el patio de su casa. Al día siguiente, al salir de la escuela, corre a su casa seguido por sus amigos. Para su decepción, no le espera ningún circo. Enfadado, Bob se retira al armario de su habitación, su espacio de retiro personal.

Bob ha rechazado a sus padres, de origen ucraniano, por sus costumbres y tradiciones, lo que le llevó a alejarse de su familia en Detroit. Treinta años después, Bob Jones dirige ahora una empresa de relaciones públicas en Los Ángeles. Está felizmente casado con Gail, que está embarazada de su primer hijo. Bob se horroriza al saber que le han diagnosticado un cáncer de riñón terminal y que podría no vivir para ver nacer a su bebé.

Bob empieza a hacer películas caseras, para inmortalizarse, para mostrarlas después de su muerte a su hijo, para que sepa quién era su padre, enseñándole a cocinar espaguetis, a conducir, etc. También empieza a visitar a un curandero chino llamado Sr. Ho, que le insta a escuchar a su corazón, que le llama a perdonar, y que la vida siempre le está dando invitaciones si sólo le escucha. A instancias de su esposa, vuelan a Detroit, su ciudad natal, para asistir a una boda tradicional ucraniana de su hermano Paul. Durante su estancia, Bob visita la casa de su infancia. También durante su estancia, intentan arreglar las cosas con su familia distanciada, lo que no va bien. Bob critica a su hermano por no haberse mudado a California como él, y a su padre le molesta que Bob se haya mudado a miles de kilómetros y haya cambiado su nombre.

Bob regresa a California con el corazón encogido y le dice tristemente a su mujer: "Este es mi último viaje a casa". En su próxima visita, el Sr. Ho aconseja a Bob que entre en su corazón "pronto". Bob enseña a su hijo con la cámara a afeitarse, a jugar al baloncesto y a arrancar un coche con un cable de arranque. También se enfrenta a un miedo de la infancia montando por fin en una formidable montaña rusa. Durante el trayecto, un joven acompañante le insta a soltarse de la barandilla al comenzar el descenso, pero Bob se aferra firmemente. (Una metáfora de su miedo a soltar la vida.) Está viviendo un tiempo prestado, más allá de la fecha que le dieron los médicos, como le dice a su mujer después de bajarse de la montaña rusa: "Hoy es el día D. El día de la muerte. Se suponía que hoy estaría muerto".

Las contracciones de Gail aumentan y pronto está en el hospital para dar a luz a su bebé. Bob y Gail pasan un tiempo feliz con su recién nacido, llamado Brian, pero pronto el estado de Bob empeora, ahora que el cáncer ha llegado a su cerebro. Se organizan cuidados paliativos para Bob. Bob hace una última visita al Sr. Ho y le pregunta qué es la luz que sigue viendo. El Sr. Ho le contesta que es "la vida del yo" y le insta a poner su "casa en orden (vida y asuntos personales)".

Theresa, una enfermera de cuidados paliativos, se traslada para ayudar, pero la salud de Bob sigue fallando. Bob y Gail finalmente llaman a su familia para informarles de lo que ocurre. La familia de Bob viene al oeste por primera vez a visitarlo. Bob hace las paces con su familia por fin. El deseo de la infancia de Bob es finalmente concedido por un circo en el patio trasero.

Mientras su padre le afeita, Bob demuestra que por fin ha hecho las paces diciéndole a su padre que le quiere. Bob finalmente acepta su vida mientras muere en paz, rodeado por el seno cariñoso y solidario de su familia. A continuación se muestra a Bob en una montaña rusa metafísica, esta vez soltando la barandilla, levantando esta vez los brazos libremente en el aire, soltando metafóricamente la vida, y disfrutando por fin del paseo de la vida. Bob cabalga hacia una luz hermosa, brillante y etérea (presumiblemente el cielo). Un año después, Brian y Gail lo ven en vídeo, mientras le lee Huevos verdes y jamón del Dr. Seuss.