Final de Network, un mundo implacable

(1976)
Final de Network, un mundo implacable
"¡Desde los albores del tiempo América no ha experimentado un hombre como Howard Beale!"

Título original: Network

14/11/1976 (ES)Drama121 min
Para mayores de 18 años
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Sinopsis

Tras 25 años trabajando en una cadena, el veterano presentador Howard Beale debe abandonar su puesto por el bajo nivel de audiencia. Su jefe y mejor amigo, Max Schumacher, le da dos semanas para despedirse de los espectadores. Beale, viudo y alcohólico, queda trastocado y decide anunciar durante una emisión que se suicidará en su último programa ante las cámaras. El hecho sin precedentes provoca una gran expectación y los propios compañeros tratarán de convertir la destrucción de este hombre en un negocio rentable.

Sidney Lumet

Director

Elliot Lawrence

Compositor

Owen Roizman

Fotógrafo

Fred C. Caruso

Productor

Reparto principal

Peter Finch

Peter Finch

Faye Dunaway

Faye Dunaway

William Holden

William Holden

Robert Duvall

Robert Duvall

Beatrice Straight

Beatrice Straight

Wesley Addy

Wesley Addy

Como acaba Network, un mundo implacable

Howard Beale, presentador durante muchos años del UBS Evening News, se entera por su amigo y presidente de la división de noticias, Max Schumacher, de que sólo le quedan dos semanas en antena debido al descenso de audiencia. La noche siguiente, Beale anuncia en directo que se suicidará en la emisión del martes siguiente. UBS intenta despedir inmediatamente a Beale, pero Schumacher interviene para que Beale tenga una despedida digna. Beale promete disculparse por su arrebato, pero una vez en antena, se lanza a despotricar sobre que la vida es una "mierda". El arrebato de Beale provoca una subida de audiencia y, para consternación de Schumacher, las altas esferas de la UBS deciden aprovecharse de la situación. Cuando los índices de audiencia de Beale se disparan, la jefa de programación Diana Christensen se dirige a Schumacher para ofrecerle su ayuda en el "desarrollo" del programa. Él rechaza la propuesta profesional, pero acepta su propuesta más personal.

Cuando Schumacher decide poner fin al formato de "hombre enfadado" de Beale, Christensen convence a su jefe, Frank Hackett, para que asigne el programa de noticias de la noche a la división de programación de entretenimiento para que ella pueda desarrollarlo. Hackett intimida a los ejecutivos de UBS para que den su consentimiento y despidan a Schumacher. En una apasionada diatriba, Beale galvaniza a la nación, persuadiendo a los telespectadores para que griten desde sus ventanas "¡Estoy como una cabra y no voy a aguantar más!". Beale pronto presenta un nuevo programa llamado The Howard Beale Show, calificado como "el profeta loco de las ondas". El programa se convierte en el de mayor audiencia de la televisión, y Beale encuentra una nueva celebridad predicando su airado mensaje frente a una audiencia de estudio en directo que, en el momento justo, corea su eslogan característico: "¡Estamos como una cabra, y no vamos a aguantar esto más!". El romance de Schumacher y Christensen se marchita a medida que el programa florece, pero en medio de los altos índices de audiencia, los dos acaban encontrando la manera de volver a estar juntos, y Schumacher se separa de su esposa de más de 25 años por Christensen.

Christensen, en busca de otro programa de éxito, llega a un acuerdo con una banda de terroristas llamada Ejército Ecuménico de Liberación (ELA) para una nueva serie documental, The Mao Tse-Tung Hour, para la próxima temporada de otoño, en la que el ELA proporcionará imágenes exclusivas de sus actividades. Su enlace, Laureen Hobbs, representante del Partido Comunista de Estados Unidos, se opone inicialmente a la promoción del terrorismo violento, pues cree que los estadounidenses "aún no están preparados para una revuelta abierta" y que el ELA perjudicará a las causas de izquierdas en América, pero cede después de que Christensen le prometa el control editorial total del programa semanal de máxima audiencia.

Cuando Beale descubre que Communications Corporation of America (CCA), el conglomerado matriz de UBS, será comprado por un conglomerado saudí aún mayor, lanza una diatriba en pantalla contra el acuerdo e insta a los espectadores a presionar a la Casa Blanca para que lo detenga. Esto hace cundir el pánico entre los directivos de la cadena, ya que la deuda de UBS hace que la fusión sea esencial para su supervivencia. Beale se reúne con el presidente de la CCA, Arthur Jensen, quien le explica su propia "cosmología corporativa", describiendo la interrelación de los participantes en la economía internacional y la naturaleza ilusoria de las distinciones de nacionalidad. Jensen convence a Beale para que abandone su mensaje populista y predique su nuevo "evangelio".

La devoción fanática de Christensen por su trabajo y su vacío emocional acaban por alejar a Schumacher y volver con su mujer, y éste advierte a su antigua amante de que se autodestruirá si sigue llevando su carrera al ritmo actual.

La audiencia encuentra deprimentes los nuevos sermones de Beale sobre la deshumanización de la sociedad y los índices de audiencia empiezan a bajar, pero Jensen no permite que UBS despida a Beale, a pesar de las protestas de Hackett, que teme una pérdida de ingresos publicitarios, y de Hobbs, que teme que el descenso de audiencia de Beale perjudique el número de espectadores de The Mao Tse-Tung Hour. Christensen, Hackett y el resto de ejecutivos, viendo que la solución del problema de Beale y el aumento de la audiencia en el estreno de la temporada son dos cosas a cambio de una, deciden contratar a la ELA para que asesine a Beale en directo. El asesinato tiene éxito, poniendo fin a The Howard Beale Show y dando comienzo a la segunda temporada de The Mao Tse-Tung Hour.

Una voz en off proclama: "Esta fue la historia de Howard Beale: el primer caso conocido de un hombre que fue asesinado porque tenía pésimos índices de audiencia".