Giwar Hajabi, conocido como el rapero y productor musical Xatar, nació en Irán y vivió una vida llena de altibajos. Sus padres, músicos iraníes kurdos, huyeron con él a mediados de los años ochenta desde Irak hacia Alemania. Giwar creció bajo condiciones humildes en una urbanización de viviendas sociales en Bonn. Su padre, un director de orquesta, abandonó a la familia, dejando a Giwar y a su madre solos.

Descenso a la criminalidad

Para obtener dinero y fama, Giwar se sumergió en el mundo de la delincuencia menor. Comenzó copiando películas pornográficas en cintas VHS y vendiendo drogas. Tras ser engañado, empezó a practicar deportes de combate y culturismo, lo que le valió el apodo de 'Xatar' (en alemán: peligroso). En un club, conoció a SSIO, quien entonces se presentaba como Kanakonda, y empezó a escribir sus primeros textos.

Ascenso en el mundo de la música y problemas legales

Después de evadir una redada policial, Xatar huyó a los Países Bajos. Allí, comenzó estudios musicales en Ámsterdam y trabajó en una empresa de seguridad y clubes para su tío. Al levantarse la orden de arresto en Alemania, regresó a Bonn para fundar su sello musical. Para financiarlo, intentó contrabandear cocaína líquida para un jefe de drogas, pero el plan falló.

Consecuencias del crimen y redención

Para no quedar en deuda con el cártel de drogas, Xatar planeó un robo de oro. Sin embargo, fue capturado y torturado en una prisión siria antes de ser extraditado a Alemania, donde recibió una sentencia de prisión. En la cárcel, comenzó a escribir música y grabar en secreto, intercambiando tarjetas SD con su productor. Así nació su primer CD. Un guardia le pidió su autógrafo en el CD de su hijo, lo que le permitió ver su propia música por primera vez. Al final, Xatar se convierte en un exitoso músico que puede permitirse una casa en el Rin. Hablando con su hija, asegura que ya no es un criminal. Cuando ella le pregunta por el oro robado, él le susurra al oído. La cámara se sumerge en el Rin, donde sirenas nadan cerca de un gran trozo de oro, en una referencia a las tres hijas del Rin de la ópera "Das Rheingold", que Xatar había visto con su padre de niño.