En 1982, Taeko Okajima tiene 27 años, es soltera, ha vivido toda su vida en Tokio y ahora trabaja en una empresa de allí. Decide hacer otro viaje para visitar a la familia de los suegros de su hermana mayor en el campo para ayudar en la cosecha del cártamo y alejarse de la vida de la ciudad. Mientras viaja de noche en un tren-cama hacia Yamagata, comienza a rememorar sus recuerdos de colegiala en 1966 y su intenso deseo de irse de vacaciones como sus compañeros de clase, todos los cuales tienen familia fuera de la gran ciudad.

En la estación de tren de llegada, se sorprende al descubrir que el primo segundo de su cuñado, Toshio, a quien apenas conoce, es quien ha venido a recogerla. Durante su estancia en Yamagata, se siente cada vez más nostálgica y añorante de su yo de la infancia, al tiempo que se enfrenta a cuestiones adultas como la carrera y el amor.

El viaje desentierra recuerdos olvidados (no todos buenos): los primeros coletazos del romance infantil, la pubertad y el crecimiento, las frustraciones de las matemáticas y los chicos. En líricos cambios entre el presente y el pasado, Taeko se pregunta si ha sido fiel a los sueños de su infancia. Al hacerlo, empieza a darse cuenta de que Toshio la ha ayudado en el camino.

Finalmente, Taeko se enfrenta a su verdadero yo, a cómo ve el mundo y a la gente que la rodea. Taeko decide quedarse en el campo en lugar de regresar a Tokio. Se da a entender que ella y Toshio comienzan una relación.