Final de Rompiendo las olas
(1996)
Final de Rompiendo las olas (1996)
"El amor es una fuerza poderosa."
Título original: Breaking the Waves
Sinopsis
A principios de los años 70, Bess (Watson), una ingenua joven de un pueblo costero de Escocia, se enamora de Jan (Stellan Skarsgård), un hombre mundano que trabaja en una plataforma petrolífera. A pesar de la oposición de la rígida comunidad puritana a la que pertenece, Bess y Jan se casan. Tras la boda, él vuelve a su trabajo, y ella cuenta los días esperando su vuelta. Bess, una creyente devota, cree que su amor está bendecido por el cielo; pero un día sucede un terrible accidente. Primera película de la trilogía "Corazón dorado" de Lars Von Trier.
Lars von Trier
Director
Joachim Holbek
Compositor
Robby Müller
Fotógrafo
Peter Aalbæk Jensen
Productor
Lars von Trier
Autor
Reparto principal

Emily Watson

Stellan Skarsgård

Katrin Cartlidge

Jean-Marc Barr

Adrian Rawlins

Jonathan Hackett
Como acaba Rompiendo las olas
Bess McNeill es una joven y guapa escocesa que, en el pasado, ha recibido tratamiento por una enfermedad mental no especificada tras la muerte de su hermano. Se casa con el trabajador de una plataforma petrolífera Jan Nyman, un danés que no acude a la iglesia, a pesar de la desaprobación de su comunidad y de su iglesia calvinista presbiteriana escocesa libre. Bess es firme y pura de corazón, pero bastante sencilla e infantil en sus creencias. Durante sus frecuentes visitas a la iglesia, reza a Dios y mantiene conversaciones con Él con su propia voz, creyendo que Él responde directamente a través de ella.
Bess está encaprichada con Jan y tiene dificultades para vivir sin él cuando está fuera en la plataforma petrolífera. Jan hace llamadas telefónicas ocasionales a Bess en las que expresan su amor y sus deseos sexuales. Bess se siente más necesitada y reza por su regreso inmediato. Al día siguiente, Jan resulta gravemente herido en un accidente laboral y es trasladado en avión a tierra firme. Bess cree que su oración fue la razón por la que ocurrió el accidente, que Dios la estaba castigando por su egoísmo al pedir que él descuidara su trabajo y volviera con ella. Al no poder ya actuar sexualmente y estar mentalmente afectado por la parálisis, Jan le pide a Bess que se busque un amante. Bess queda desolada y se marcha furiosa. Jan intenta entonces suicidarse y fracasa. Cae inconsciente y es ingresado de nuevo en el hospital.
El estado de Jan empeora. Insta a Bess a que encuentre otro amante y le cuente los detalles, ya que será como si estuvieran juntos y le revitalizará el ánimo. Aunque su cuñada Dodo le asegura constantemente que nada de lo que haga afectará a su recuperación, Bess empieza a creer que estas sugerencias son la voluntad de Dios y que están en consonancia con amar a Jan por completo. A pesar de su repulsión y confusión interior ante la idea de estar con otros hombres, persevera en su propio envilecimiento sexual ya que cree que eso salvará a su marido. Bess se lanza al médico de Jan, pero cuando éste la rechaza, se dedica a recoger hombres de la calle y a dejarse embrutecer en encuentros sexuales cada vez más crueles. Todo el pueblo se escandaliza por estas acciones y Bess es excomulgada. Ante la expulsión de su iglesia, proclama: "No se pueden amar las palabras. No se puede estar enamorado de una palabra. Sólo puedes amar a un ser humano".
Dodo y el médico de Jan están de acuerdo en que la única forma de mantener a Bess a salvo de sí misma es internarla y alejarla lo más posible de su marido, al que creen en estado terminal. Es entonces cuando Bess decide hacer lo que ella cree que es el sacrificio definitivo por Jan: sale impávida hacia un barco abandonado lleno de marineros bárbaros, que la violan y atacan violentamente en grupo, causándole la muerte. Su iglesia considera que su alma está perdida y condenada al infierno. Sin que los ancianos de la iglesia lo sepan, Jan y sus amigos han sustituido el cuerpo de Bess por sacos de arena dentro de su ataúd sellado. Más tarde se muestra a Jan, sustancialmente restablecido a pesar de que los médicos no lo creían posible, enterrando a Bess en el océano, sumido en el dolor. La película termina con un realismo mágico cuando el cuerpo de Bess no aparece en el sonar y las campanas de la iglesia suenan desde lo alto del cielo.