Final de Siempre nos quedará mañana

(2023)
Final de Siempre nos quedará mañana

Título original: C'è ancora domani

26/10/2023 (ES)Comedia, Drama118 min

Sinopsis

Es primavera y toda la familia está alborotada por el inminente compromiso de la querida hija mayor, Marcella, quien, por su parte, sólo espera casarse rápidamente con un simpático chico de clase media, Giulio, y librarse por fin de esa incómoda familia.

Paola Cortellesi

Director

Lele Marchitelli

Compositor

Davide Leone

Fotógrafo

Mario Gianani

Productor

Reparto principal

Paola Cortellesi

Paola Cortellesi

Valerio Mastandrea

Valerio Mastandrea

Romana Maggiora Vergano

Romana Maggiora Vergano

Emanuela Fanelli

Emanuela Fanelli

Giorgio Colangeli

Giorgio Colangeli

Vinicio Marchioni

Vinicio Marchioni

Como acaba Siempre nos quedará mañana

Roma, mayo de 1946. La ciudad está ocupada, como el resto de Italia tras la derrota y la trágica devastación dejadas por la Segunda Guerra Mundial, por unidades militares aliadas; el referéndum institucional y la elección de la Asamblea Constituyente, los días 2 y 3 de junio, son inminentes. Delia está casada con Ivano, un hombre violento y varonil, por el que es diariamente golpeada y degradada. La pareja tiene tres hijos. La hija mayor, Marcella, a punto de comprometerse, desprecia a su madre por la pasividad con la que sufre los abusos conyugales. El día de Delia se divide entre las tareas domésticas y varios trabajos mal pagados, en particular uno en el que un joven, aunque mero aprendiz, recibe más paga que ella por el mero hecho de ser hombre.

Sus únicas fuentes de consuelo son su amistad con Marisa, una ingeniosa y optimista vendedora de fruta (que, a diferencia de Delia, mantiene una sana relación matrimonial), y con el mecánico Nino, de quien se había enamorado en el pasado, pero que no desembocó en una proposición de matrimonio. El hombre le propone que se vaya con él al Norte en busca de mejores oportunidades laborales y vitales.

Un día, Delia devuelve una foto familiar encontrada accidentalmente a un soldado afroamericano, William, que la había perdido. Éste se lo agradece ofreciéndole chocolate. Tras otros encuentros fortuitos, en los que sólo le habla en inglés sin conseguir hacerse entender, William se da cuenta de los moratones que tiene Delia en el cuerpo y se da cuenta de que hay un problema. También recibe una misteriosa carta que al principio tira, pero que luego decide conservar, sacando de ella la fuerza para reaccionar ante su estado. Mientras tanto, Marcella arregla su matrimonio con Giulio Moretti, el joven vástago de una familia adinerada propietaria de un bar local. Ivano intuye el beneficio económico que podría resultar del matrimonio entre ambos. Aunque el almuerzo en casa de Delia con los probables suegros tiene resultados embarazosos debido al comportamiento vulgar de Ivano, los dos hijos menores de la pareja, Sergio y Franchino, y Ottorino, el padre de Ivano, Giulio y Marcella se comprometen oficialmente.

Delia se da cuenta más tarde de que el novio de su hija muestra las mismas actitudes posesivas y violentas que su marido y teme que Marcella corra una suerte parecida a la suya, con un matrimonio en el que sería acosada y humillada con regularidad. Con la ayuda de William, hace explotar el bar de su futuro yerno, reduciendo a su familia a la pobreza y provocando indirectamente la ruptura del compromiso.

En este punto, la mujer parece decidida a huir de su marido, utilizando el 2 de junio como fecha fatídica. El día señalado se prepara ideando una treta para huir sin levantar sospechas, pero su suegro muere repentinamente. Se organiza un velatorio que obliga a Delia a quedarse en casa todo el día. La mujer no se desanima y se dice a sí misma que «aún queda mañana» para poner en marcha su plan.

A la mañana siguiente, Delia deja a Marcella un sobre con una carta y dinero (que en un principio había guardado para su ajuar de boda) y que, en cambio, quiere que su hija utilice para poder estudiar y licenciarse (ya que su marido afirmaba que una hija no debía hacerlo y que el dinero sólo debía guardarse para la educación de sus dos hijos). La protagonista se dirige a cumplir por fin lo que había planeado: acudir en secreto a las urnas para votar en el referéndum entre monarquía y república y elegir a la Asamblea Constituyente, votando por primera vez como muchas otras mujeres en Italia. Antes de entrar en el colegio electoral, se da cuenta de que, por descuido, se ha dejado en casa la tarjeta electoral, momento en el que se le unen primero su marido y después su hija que, tras encontrar la tarjeta, van en busca de Delia con intenciones opuestas: el primero para llevarse a su mujer a casa por la fuerza y la segunda para darle la tarjeta a su madre y permitirle así votar.

Marcella consigue entregarle el documento, mientras que Ivano, que había hecho un movimiento amenazador hacia ella, es detenido por la mirada decidida de su esposa que, mirándole fijamente, rodeada de otras mujeres que, como ella, han votado por primera vez, le insta a desistir y a marcharse.