Roman Coleman lleva 12 años encarcelado tras dejar a su pareja doméstica con lesiones cerebrales permanentes en una agresión. Consciente de su mal genio y sus tendencias violentas, se ha resistido a los esfuerzos por reintegrarse en la sociedad. Mientras trabaja en mantenimiento de exteriores, Roman ingresa en un programa de rehabilitación dirigido por el ranchero Myles, que asigna a los presos el adiestramiento de mustangs salvajes. A cada preso del programa se le asigna un caballo específico para entrenar y Roman debe completar el entrenamiento en un plazo de 12 semanas antes de que su caballo sea vendido en una subasta.

Al principio, Roman tiene dificultades para entrenar a su mustang, pero con la ayuda de Henry, un preso considerado el mejor entrenador de caballos, empieza a hacer progresos. Con el paso de las semanas, Roman se hace muy amigo del caballo, al que llama Marquis, y entabla amistad con Henry. Sin embargo, el programa sufre un duro golpe cuando Henry es asesinado por Dan, el compañero de celda de Roman. Roman se venga estrangulando a Dan hasta dejarlo inconsciente antes de que los guardias los separen.

Llega el día de la subasta, a la que Roman invita a su hija Martha, embarazada, con la esperanza de mejorar su relación con ella. Mientras Roman exhibe a Marquis ante los subastadores, se distrae al darse cuenta de que Martha no está presente. Esta distracción desemboca en un desastre cuando Marquis se asusta al ver un helicóptero sobrevolándole, lo que hace que Roman se caiga del caballo y casi sea pisoteado mientras los otros domadores sujetan a Marquis. Poco después, Roman se entera por Myles de que Marquis ha sido considerado imposible de adiestrar y que se le aplicará la eutanasia. Aprovechando que las puertas de la prisión están dañadas por una tormenta, Roman consigue ayudar a Marquis a escapar.

Algún tiempo después, Roman recibe una carta de Martha en la que reconoce la negativa de su padre a abandonar la prisión. La carta también incluye una foto de Martha con el nieto recién nacido de Roman, al que pretende que Roman conozca durante su próxima visita. Cuando Roman termina de leer la carta, ve a Marquis junto a las puertas de la prisión y sonríe.