La película "Un Franco, 14 Pesetas" sigue a Martín (Carlos Iglesias) y Marcos (Javier Gutiérrez), dos amigos que en 1960 se ven obligados a viajar a Uzwil, Suiza, en busca de trabajo. Dejan a sus familias en Madrid y se enfrentan a una vida muy diferente en el país alpino, lo que genera múltiples choques culturales.

Las Relaciones en Suiza

Martín y Marcos inician una relación con Hanna, la dueña de la pensión donde se hospedan, y con una trabajadora del lugar, respectivamente. Sin embargo, la llegada inesperada de la esposa e hijo de Martín, con motivo de su cumpleaños, pone fin a la relación de Martín y Hanna. La familia de Martín se traslada a una casa independiente y comienza el proceso de adaptación al nuevo país.

El Regreso a España

Cuando el padre de Martín cae gravemente enfermo, Martín decide volver a España para despedirse de él. Sin embargo, cuando llega, su padre ya ha fallecido.

El Reencuentro con Hanna

Cinco años después de la ruptura de la relación entre Martín y Hanna, Martín la busca para despedirse y decirle que se vuelve a España. Durante su visita, Martín observa que Hanna tiene una hija y un hijo. El hijo tiene rasgos germánicos, pero la hija es morena. Martín comprende que la niña es en realidad hija de ambos, fruto de la relación amorosa que mantuvieron en secreto.

El Regreso Definitivo a España

Finalmente, la familia regresa a España, pero se encuentran con que de nuevo tienen que hacer un gran esfuerzo de adaptación. La vida en Suiza les ha cambiado y ven con otros ojos el país que dejaron en su día.

Reflexión Final

"Un Franco, 14 Pesetas" es una película que explora los desafíos de la migración, los choques culturales y las relaciones personales. El final de la película revela el impacto duradero de estas experiencias en la vida de los personajes y cómo su tiempo en Suiza ha cambiado su perspectiva sobre su país de origen.