Final de Un hombre de acción
(2022)Final de Un hombre de acción (2022)
"Soñaron con robar al banco más grande del mundo... y lo hicieron."
Título original: Un hombre de acción
Sinopsis
Inspirada libremente en la vida de Lucio Urtubia, y con elementos ficcionalizados, “Un hombre de acción” explora la figura del denominado "Robin Hood" anarquista, que llevó a cabo una legendaria operación de falsificación en París que le puso en el punto de mira del banco más grande de Estados Unidos, cuando consiguió obtener una enorme cantidad de dinero falsificando cheques de viaje para invertir en causas en las que creía.
Javier Ruiz Caldera
Director
Patxi Amezcua
Escritor
Edmon Roch
Productor
Reparto principal
Miki Esparbé
Juan José Ballesta
Ken Appledorn
Josean Bengoetxea
Philip Schurer
Daniel Chamorro
Como acaba Un hombre de acción
Basada libremente en la vida del anarquista español Lucio Urtubia, "Un hombre de acción" rastrea cómo el albañil formuló un elaborado plan para perturbar el funcionamiento del First National City Bank. Desde la infancia, Lucio ha crecido observando lo desigual que es el mundo y lo desconsiderados que pueden ser los bancos. Cuando su padre estaba en su lecho de muerte, pidió dinero al banco, pero le negaron cualquier ayuda. A partir de ese momento, Lucio se dio cuenta de que la burguesía nunca se preocuparía por la clase trabajadora, ni siquiera cuando estuviera en su lecho de muerte. Tras la muerte de su padre, quiso mudarse a París con su hermana, pero ella insistió en que se alistara en el ejército y, tras servir a su nación, pudiera ponerse en contacto con ella para vivir en París. La mudanza a Francia sería impactante en la vida de Lucio, y acabaría conociendo a un grupo de personas que cambiarían su vida para siempre.
Trama de Un hombre de acción
Lucio se reunió con su hermana, Satur, tras huir de su puesto en el ejército. Explicó que se dedicaba al contrabando de mercancías, que tenía bastante éxito. Desgraciadamente, alguien delató a su equipo y los encerraron en una prisión militar. Lucio consiguió escapar, y estaba seguro de que su equipo le maldeciría por haberles dejado afrontar las consecuencias. Aunque Satur creía que Lucio debía volver a su servicio y asumir la responsabilidad de sus actos, Lucio no estaba dispuesto a hacerlo. Estaba cansado de cumplir órdenes y quería dejar atrás la vida militar. El marido de Satur, Patrick, que trabajaba en la fábrica de moneda, ayudó a Lucio a encontrar un trabajo de albañil. Lucio se dedicó al trabajo que le asignaron, y a los trabajadores mayores les resultaba difícil seguir su ritmo. Incluso cuando le pidieron que bajara el ritmo, no les hizo caso. Más tarde, durante la hora de descanso, comentaron que la naturaleza de Lucio era la de un anarquista. A Lucio le intrigó su sugerencia y le pidieron que se uniera a la Asamblea Constituyente de la Asociación Anarquista de Clichy. Le presentaron a los famosos anarquistas y sus creencias. Aprendió que el dinero era el mayor mal de la sociedad y que los anarquistas creían en vivir sin gobierno y sin dinero. También aprendió que los bancos explotan a sus trabajadores y son responsables de crear desigualdades en el mundo. Lucio quedó impresionado por la ideología y se ilusionó con un mundo anarquista. Fue ese día cuando Lucio conoció a Quico Sabate, el legendario anarquista y guerrillero urbano de la posguerra franquista. Sabate era conocido por realizar atracos a bancos y repartir dinero entre los necesitados.
Tras conocer a los anarquistas y lo que defendían, Lucio supo que él también era anarquista. Su muestra de resistencia a la autoridad impresionó al grupo, y le ofrecieron la responsabilidad de acoger a Quico Sabate. Quico estaba impresionado con Lucio; podía percibir que Lucio era un rebelde igual que él. Quico creía que hombres como él y Lucio no creían en los versos poéticos, sino que creían en hablar a través de sus acciones. Su primera cena juntos la pasaron discutiendo cómo los banqueros y los sacerdotes eran igualmente indignos de confianza. Después de su primer intento de robar un banco para comprarle morfina a su padre, Lucio volvió a hacerlo, esta vez con Quico a su lado. Quico le hizo comprender que lo que iban a hacer era algo más que un robo. Tenían la responsabilidad de asegurarse de que el dinero fuera expropiado, y no debían sentirse culpables por hacer lo correcto. Aunque Lucio estaba aterrorizado al entrar en el banco, Quico le recordó quiénes eran los verdaderos ladrones y le empujó a hacerse cargo.
La segunda vez robaron con éxito un banco y Lucio fue ganando confianza. Ahora estaba seguro de que el trabajo que estaban realizando era para construir la sociedad con la que soñaban. Al escuchar la descripción de los atracadores, el inspector Costello confía en que se trata de anarquistas españoles. La policía les tendió una emboscada y capturó a Lucio. El director del banco confirmó que Lucio era uno de los hombres que robaron el banco. La policía no pudo encontrar ninguna prueba que indicara que Lucio era el atracador, por lo que tuvo que dejarle libre. Pero el inspector Costello estaba seguro de que Lucio era el responsable y que, tarde o temprano, participaría en un delito similar y acabarían teniendo pruebas suficientes para capturarlo.
¿Cómo afectó a Lucio la muerte de Quico? ¿Dónde conoció Lucio a Ana?
Lucio no estaba del todo de acuerdo con el plan de Quico de llevar la revolución robando bancos y fábricas de municiones. Creía que necesitaban a las masas a su lado, y eso sólo podía conseguirse con la palabra y no con las armas. Aunque Cuba era su inspiración, Lucio sabía que lo que tenían entre manos requería un método diferente. A Quico no le impresionó la sugerencia de Lucio de poner en marcha una imprenta. Pero para Lucio, esto también era una forma de acción y contribución. Quico anunció que volvería a España y lucharía contra los fascistas en lugar de esconderse y repartir octavillas. Aunque Lucio idealizaba a Quico, creía que ese no era el camino que quería seguir. Tras despedirse de Quico, Lucio se centró en la construcción de una imprenta.
Se dirigieron a un banco para pedir un préstamo, pero, como era de esperar, se lo negaron. La noticia del fallecimiento de Quico enfureció aún más a Lucio, que decidió robar un banco para rendirle homenaje. Con el dinero robado del banco, Lucio y Asturiano compraron una imprenta para comenzar con su misión. Se desvincularon del sindicato y estaban decididos a hacer las cosas a su manera. En la imprenta, Lucio conoció a Ana. Era una estudiante universitaria que había venido a recoger panfletos. Invitó a Lucio a la huelga de la universidad, y éste quedó prendado de su atrevimiento. Anne habló sobre la importancia de la revolución cultural y social, e incluso con los hombres haciendo comentarios lascivos, se las arregló para interactuar con la multitud reunida a su alrededor. Lucio interactúa con ella después de su discurso e intenta convencerla de que se una a su grupo de anarquistas. Tras escapar de la policía, Lucio le explicó lo que defendía. Aunque sus métodos eran audaces, Ana sintió una creciente atracción hacia el desconocido. Ana era una estudiante universitaria de biología; su padre tenía un negocio y no apoyaba las creencias de su hija. Evidentemente, había una diferencia en su origen, pero tanto Lucio como Anne soñaban con un futuro similar. Aunque la policía esperaba atrapar a Lucio en acción, lo único que presenció fue su romance con Anne. Aunque el inspector Costello aún no estaba dispuesto a renunciar a Lucio, recibió instrucciones de su superior de detener su obsesiva e inconclusa persecución.
Final explicado de Un hombre de acción
¿Cómo intentó Lucio contribuir a la lucha contra Estados Unidos?
Cuando la noticia del intento de Estados Unidos de acabar con la revolución en Cuba cobró fuerza, Lucio quiso actuar para ayudar a Cuba a ganar la guerra. Juana propuso que podían utilizar las impresoras para imprimir algo más eficaz que los folletos: podían utilizarlas para falsificar documentos e incluso pasaportes. Lucio supo inmediatamente lo que quería imprimir: decidió que iban a falsificar billetes de dólar. Buscaron la ayuda de Patrick, que había trabajado en la fábrica de moneda. Aunque Patrick pensó que estaban locos por hacer esto, aceptó participar para ganar dinero extra. Consiguieron falsificar dólares y los probaron cambiándolos en el banco por francos. Los billetes de dólar parecían lo suficientemente auténticos como para pasar el escrutinio del banquero. Distribuyeron el dinero ganado con el cambio de dólares falsos para la causa.
Lucio visitó la embajada cubana para proponerles que empezaran a repartir los dólares falsos que acabarían repercutiendo en la economía estadounidense. La embajada le pidió que se reuniera con el Che Guevara, que estaría de paso por Francia de camino a la Unión Soviética. Con unos minutos de antelación, Lucio fue llamado a reunirse con el Che en secreto. Discutió su plan con el Che, pero éste creía que con sólo dólares falsos no podrían librar una guerra tan grande. Al salir, Lucio se dio cuenta de que la policía le había descubierto. Para escapar y entregar los dólares, creó el caos lanzándolos al aire. Mientras la multitud se reunía, intentó escapar, pero al final la policía lo atrapó. Tuvo que pasar meses en prisión, y durante ese tiempo, Anne dio a luz a su hija. Con el apoyo de su abogado, Lucio consiguió una fianza condicional y se reunió por fin con su familia. Tras permanecer en prisión durante meses, Lucio optó por no meterse en líos y trabajó como constructor durante años. Pero pronto quedó intrigado cuando le entregaron un cheque de viaje. Le informaron de que con ese cheque podría sacar dinero de cualquier banco.
Lucio se dio cuenta de su utilidad tras utilizarlo en un supermercado y propuso falsificarlo para su grupo anarquista. Mientras Patrick creía que meterse con un banco estadounidense sería un riesgo extremo, Lucio afirmó que, como anarquistas, era su deber luchar contra la burguesía y posicionarse contra la opresión. Aunque fuera un riesgo, la recompensa sería satisfactoria. Además, el castigo por falsificar cheques era mínimo, y si se jugaban la vida, debían hacerlo para engañar al banco más grande. Tras varias falsificaciones infructuosas, por fin consiguieron las perfectas. Lucio fue al banco y, para su alegría, pudo cobrar el cheque. Reunió a los anarquistas de la ciudad y distribuyó 20 cheques a cada pareja, pidiéndoles que los cobraran en diferentes ciudades en los bancos de la ciudad justo al mediodía. Era importante llegar a los bancos a la misma hora para que los números de los cheques no fueran probados, y para cuando los cheques llegaran a la central, y se dieran cuenta del fraude, sería demasiado tarde. Decidieron hacerlo una vez al mes, y con el dinero recaudado financiaron el movimiento, mantuvieron a las familias de los presos y se quedaron con un tercio para sus gastos. El First National City Bank se vio sacudido por el fraude a gran escala, y presionaron a la policía francesa para que realizara detenciones por el delito. El inspector Costello sabía que Lucio debía de ser el autor intelectual, aunque negaba cualquier implicación en el mismo. Anne se sintió decepcionada al enterarse de que Lucio volvía a arriesgarse a sí mismo y a su familia. Anne le propuso que se trasladaran a Bolivia para unirse a la causa de los Médicos del Mundo y contribuir a cambiar el mundo como siempre habían soñado. Lucio no estaba dispuesto a renunciar a su plan, pero Anne estaba decidida a unirse al proyecto. No quería que su hija viera cómo arrestaban a su padre y lo enviaban a prisión. Declaró que se iría a Bolivia con su hija aunque Lucio decidiera quedarse.
Debido al fuerte fraude, la mayoría de los lugares negaban el cobro de cheques de viaje, pero Lucio no estaba dispuesto a rendirse. Decidió vender los cheques a un actor mayor y, por última vez, ganar dinero para contribuir a su causa. Se puso en contacto con Charlie, un amigo que había hecho en la cárcel, y organizó una reunión con un agente del mercado negro estadounidense, Tony Greco. Acordaron un trato y decidieron concretarlo el mismo sábado en que Anne y Juliette viajarían a Bolivia. Con la policía siguiendo a todos los miembros del grupo, decidieron dejar de contribuir al movimiento, y sólo Asturiano permaneció a su lado. El día de la transacción, Lucio consiguió soltar el coche de policía que le seguía, pero incluso después de hacerlo, fue detenido en el momento en que se acercó a Tony Greco.
El abogado de Lucio le informó de que fue Patrick quien informó a la policía sobre el lugar en el que se encontrarían Lucio y Tony. Estaba endeudado y necesitaba dinero para sobrevivir. Mientras tanto, a Asturiano y Jeanne se les concedió la libertad bajo fianza, pero Lucio estaba en un gran problema. El City Bank quería una compensación por los cincuenta millones de dólares que habían perdido, y querían que Lucio permaneciera encarcelado durante al menos veinte años. Su abogado consiguió encontrar errores de transcripción y exigió la libertad bajo fianza hasta que se subsanaran los errores. Cuando Lucio fue liberado, los medios de comunicación y el público lo celebraron como el nuevo Robin Hood. Aunque el Banco de la Ciudad intentó seguir presionando a la policía francesa, tenía las manos atadas. Tuvieron que esperar a que comenzara el juicio y a que el juez determinara su condena.
Mientras tanto, tras enfrentarse a Patrick, Lucio se enteró de que no fue él quien le traicionó. Resulta que Tony Greco era un agente de policía, y Charlie fue amenazado por la policía para que cooperara en la entrega del plan. Lucio empezó a recibir amenazas de muerte, y aunque el inspector Costello llevaba veinte años detrás de él, también desaprobó el método americano. Con el servicio secreto y la policía francesa involucrados, el Banco de la Ciudad quería que Lucio fuera encarcelado sin posibilidad de fianza. Lucio estaba decidido a dar una lección a los americanos, así que decidió imprimir más cheques de viaje y distribuirlos entre los anarquistas, que los cobraron en Alemania, Holanda, México y Bélgica. Al enfrentarse a nuevas pérdidas, el City Bank se dio cuenta de que se enfrentaba a un reto imposible. Cuando Lucio hizo una llamada telefónica a Anne, la policía pudo detenerlo gracias al seguimiento de su llamada. Tras su detención, quiso hablar con el representante del City Bank, el Sr. Burrow. Lucio le ofreció un trato, pero dejó claro que el banco no estaba dispuesto a negociar. Lucio continuó explicando que, aunque habían conseguido detenerlo, no tenían las planchas de impresión. Sin las planchas de impresión, no había ninguna garantía de que la falsificación del cheque de viaje llegara a su fin. Lucio exigió que, a cambio de las planchas, el banco se deshiciera de todos los cargos que se le imputaban y le proporcionara una generosa indemnización. El señor Burrow estaba furioso; no podía creer las agallas de Lucio. Pero Lucio sabía que la reputación del banco estaba en entredicho, y necesitaban que las falsificaciones de cheques de viaje cesaran para fortalecer el futuro del banco. Y para garantizar que no se falsificaran cheques, tendrían que dejar de imprimirlos, lo que confirmaría aún más que habían perdido contra los anarquistas. El City Bank acabó aceptando su trato, y a cambio de las planchas de impresión, Lucio fue compensado con dinero. Mientras Lucio celebraba su victoria, el Sr. Burrow comentó que había podido salvar al banco a cambio de lo que ellos considerarían una propina. Así que, al final, creyó que el banco seguía invicto.
Lucio se reunió con su familia en Bolivia. Nadie supo cuánto dinero reclamó para la causa anarquista al City Bank. Después de la falsificación de cheques, los bancos empezaron a desarrollar métodos alternativos de retirada de efectivo que, a la postre, condujeron a la aparición de las tarjetas y los cajeros automáticos a mediados de los años 80. Incluso después de separarse, Anne y Lucio siguieron siendo amigos de por vida. "Un hombre de acción" es un homenaje a Lucio Urtubia, el hombre que consiguió poner de rodillas al mayor banco estadounidense y se libró de una cuantiosa indemnización. Mientras que para Lucio fue un acto de rebeldía, para los capitalistas fue un pequeño inconveniente con el que tuvieron que lidiar. Pero, sea como fuere, Lucio supo sacudir el mundo con su acto, que causó al banco una importante pérdida. Juzgó sin miedo la situación y se aprovechó de ella, sabiendo que tenía la sartén por el mango. Y en última instancia, su valentía ayudó a financiar los movimientos, y no le costó tampoco tiempo en la cárcel.