Un convicto fugado, Frank (Josh Brolin), obliga a una mujer agorafóbica, Adele (Kate Winslet), y a su hijo, Henry, a esconderlo en su casa. Inicialmente le tienen miedo, pero él termina siendo inofensivo y los ayuda a arreglar su hogar, además de convertirse en un padre para el niño de 12 años.

Resulta que Frank estaba en prisión por matar a su mujer y a su bebé, aunque ambos crímenes fueron en realidad accidentes que ocurrieron simultáneamente. Saltó por la ventana mientras recibía tratamiento de apendicitis en prisión.

Adele comienza a enamorarse de Frank y revela que la razón por la que nunca sale de la casa es que tuvo cuatro abortos involuntarios y se avergonzó, lo que la llevó a la depresión y al divorcio.

Frank y Adele deciden huir hacia la frontera canadiense para que no se lo lleven; pero el día del viaje, varias personas se dan cuenta del paradero de Frank y la policía va a la casa para arrestarlo.

Frank es condenado a 25 años de cárcel, principalmente por secuestro; Cuando Adele trata de explicarle a un fiscal que no fueron realmente secuestrados, él señala que probablemente perderá la custodia de su hijo si ella admite que acogió a un fugitivo y puso a su hijo en peligro.

Frank cumple unos 20 años en prisión y cuando finalmente es liberado, se reúne con Adele y su relación continúa donde lo dejó.