Fegele Abramovich (Christina Ricci), una judía rusa, es separada de su padre (Oleg Yankovsky) cuando era niña en 1927. Su padre ha viajado a América en busca de fortuna y planea enviar por Fegele y su abuela. Antes de irse, le canta "Je Crois Entendre Encore" de la ópera Les pêcheurs de perles de Bizet. Después de que su padre se va, el pueblo es atacado y quemado en un pogromo. Fegele escapa con la ayuda de los vecinos; después de superar muchos obstáculos, se aglomera en un barco rumbo a Gran Bretaña, solo con una foto de su padre y una moneda dada por su abuela.

Al llegar, un funcionario inglés la rebautiza como "Susan" y la coloca con padres adoptivos. Los estudiantes ingleses en la escuela la molestan llamándola "gitana", pero aún no entiende el inglés. Una maestra en la escuela la escucha cantar "Je Crois Entendre Encore" en yidis y le enseña a cantar y hablar en inglés.

Pasa el tiempo y Suzie audiciona para un grupo de baile que se dirige a París. Allí, conoce a una bailarina rusa mayor llamada Lola (Cate Blanchett), y comparten un departamento como amigas. En una fiesta formal, ambas mujeres actúan como bailarinas junto a un misterioso jinete, Cesar (Johnny Depp), un gitano al que Suzie encuentra atractivo. Después de su actuación afuera, escuchan a un tenor dentro cantando "Je Crois Entendre Encore"; la voz pertenece a Dante (John Turturro), un cantante de ópera italiano que llama de inmediato la atención de Lola. Lola se gana su favor y se enamora de sus encantos, atraída por su riqueza y éxito. Dante, Lola, Suzie y Cesar trabajan para una compañía de ópera dirigida por Felix Perlman (Harry Dean Stanton). Dante es un seguidor imperioso de Mussolini; esto lo aleja de Suzie incluso cuando se convierte en el amante de Lola. Mientras tanto, Cesar presenta a Suzie a su "familia" (básicamente toda su tribu) y se enamoran.

Un día, Dante está husmeando entre las cosas de Suzie después de un encuentro con Lola en el departamento, y deduce su herencia judía después de encontrar la foto de su padre. Una anciana vecina judía abajo, Madame Goldstein (Miriam Karlin), también sabe que Suzie es judía y la ha advertido de los peligros que se avecinan con la invasión alemana en Polonia. Al año siguiente, cuando los alemanes invaden Francia y se acercan a París, comienza un éxodo de judíos y otras personas amenazadas por el nazismo. La multitud para el espectáculo operístico disminuye y, eventualmente, los únicos miembros del elenco que quedan son Dante y Suzie. Cuando Dante intenta seducir a Suzie, ella lo rechaza. Él la ataca por su herencia y su relación con Cesar, cuya herencia también desprecia. Perlman sale en defensa de ella; le recuerda a Dante que como italiano en París en ese momento, si Mussolini se alinea con los nazis, la propia posición de Dante en París sería precaria. Perlman cierra el espectáculo; los nazis entran en París a la mañana siguiente.

Dante vuelve a regañadientes a su antiguo papel de juglar. Después de otro rechazo de Suzie, Dante revela a un oficial alemán que Suzie es judía. Lola escucha esto e informa a Suzie que está en peligro y debe irse de París. Lola también ha decidido dejar a Dante y ha comprado boletos para Suzie y ella en un transatlántico rumbo a América. La misma noche de la fiesta, los nazis atacan la aldea gitana y matan a un niño. Cuando Cesar va a su departamento para despedirse, Suzie expresa su deseo de quedarse y ayudar a Cesar a luchar contra los nazis por su familia, pero él le dice que debe huir y encontrar a su padre. Comparten una última y tierna noche juntos.

Durante el viaje por el océano, el transatlántico es torpedeado, con Lola muerta en el naufragio. Suzie está entre los sobrevivientes rescatados y llevados a Nueva York.

Suzie busca a su padre y descubre que cambió su nombre, dejó de cantar y se mudó al oeste después de enterarse del ataque a su pueblo natal, que asumió mató a todos los miembros de su familia. Suzie va a Hollywood, donde su padre se ha establecido como jefe de un estudio, y descubre que tiene una nueva familia y que está muriendo. Va al hospital, pasa junto a su nueva esposa e hijos que esperan afuera de la puerta de su habitación y se reencuentra con su padre. Él la reconoce y expresa alegría por su aparición. Se sienta al borde de su cama y le canta "Je Crois Entendre Encore" en yidis mientras las lágrimas ruedan por su rostro.