En la China republicana de 1917, Liu Jinxi y su esposa Yu son un matrimonio normal con dos hijos, Fangzheng y Xiaotian, que viven juntos en la aldea de Liu, en Yunnan. Un día, dos bandidos entran en la aldea e intentan robar en el almacén general. Liu se encuentra por casualidad en la tienda, y lucha y mata a los ladrones cuando se ponen violentos. Durante la autopsia, el detective Xu Baijiu, enviado a investigar el caso, descubre que uno de los bandidos muertos era Yan Dongsheng, que figura entre los diez fugitivos más buscados por el gobierno. El magistrado local se alegra, y sus conciudadanos consideran a Liu como un héroe.

Sin embargo, Xu empieza a sospechar porque no cree que Liu pueda derrotar accidentalmente a un bandido tan formidable. Xu observa signos de hemorragia cerebral debido a una lesión en el nervio vago de Yan Dongsheng. A partir de esta y otras pruebas, Xu concluye que Liu es en realidad un artista marcial muy hábil que oculta su talento mediante el engaño. Investigando más a fondo, Xu descubre la verdadera identidad de Liu: Tang Long, el segundo al mando de los 72 Demonios, un grupo de guerreros despiadados y sedientos de sangre. Liu admite su pasado pero afirma que se ha reformado. Xu, un inflexible agente de la ley, no acepta que la gente pueda cambiar, pero se queda perplejo cuando Liu no le mata cuando están solos.

Xu vuelve inmediatamente a la oficina del condado para obtener una orden de arresto contra Tang Long. El magistrado retrasa la emisión de la orden, alegando falta de pruebas y solicitando un soborno a Xu. Xu acaba obteniendo el dinero del soborno de su esposa, que le culpa de haber provocado el suicidio de su padre. Tras emitir la orden, el magistrado informa al Maestro de los 72 Demonios del paradero de Tang Long, con la esperanza de recibir una recompensa. Ofendido, el Maestro revela que Liu es su hijo y mata al magistrado. El Maestro envía a sus secuaces a la aldea de Liu para capturar a Liu y arrasar la aldea.

Mientras Xu y los alguaciles se dirigen hacia allí, dos esbirros llegan a la aldea y matan a un aldeano para obligar a Liu a reconocer su identidad. Liu mata a uno de los dos asaltantes y huye. El otro asaltante, la mujer del amo, persigue a Liu y lucha con él en el cobertizo de los búfalos, donde es aplastada en una estampida y casi cae al río. Mientras Liu intenta salvarla, ella le dice que sigue siendo Tang Long. Ella cae al vacío y los aldeanos restantes huyen a una fortaleza para ponerse a salvo. Los ayudantes de Xu se niegan a salvar la aldea, prefiriendo esperar a que Liu y los 72 demonios se maten entre sí.

Utilizando sus conocimientos de fisiología, Xu idea un plan para fingir la muerte de Liu. Sin embargo, la treta se prolonga demasiado y Xu se ve obligado a revivir a Liu delante de los 72 demonios, que se han reunido para rendir homenaje a su camarada caído. Como muestra de su dedicación, Liu se corta el brazo izquierdo, anunciando que ha roto todos los lazos con ellos. Los 72 demonios aceptan su declaración pero le dicen que debe hablar con el Maestro, que le espera en su casa. Tras una tensa cena en la que el Maestro ha tomado como rehén a la familia de Liu, éste anuncia que permitirá a Liu abandonar a los 72 Demonios, pero que la sangre de Xiaotian (el hijo de Liu) se perderá.

Enfurecido, Liu ataca al maestro con una espada ancha, pero el Maestro utiliza el qigong para protegerse de la hoja. Xu se infiltra en la casa a través de una escotilla y, desde debajo del suelo, debilita la defensa del Maestro durante la lucha atravesando su talón con una aguja de acupuntura. El Maestro incapacita a Xu y procede a dominar a Liu. Antes de que el Maestro pueda matar a Liu, Xu ataca al Maestro con otra aguja de acupuntura en el cuello. El Maestro hiere mortalmente a Xu, pero las agujas actúan como pararrayos y cable de tierra, y el Maestro es asesinado por un rayo. Con su último aliento, Xu anuncia el cierre del caso. Liu regresa a su casa, donde lleva una vida normal.