Félix, un joven gay de ascendencia árabe que vive en Dieppe, está actualmente desempleado y es seropositivo. Mientras limpia el apartamento de su madre recientemente fallecida, descubre que el padre que nunca conoció vive en Marsella. Félix decide hacer autostop hacia el sur para encontrarse con él, prometiendo ver a su amante Daniel allí cinco días después.

Llevando consigo sólo una pequeña bolsa, su medicación para el VIH y una cometa arco iris, Félix se lanza a la carretera. Es testigo de un ataque racista y recibe una paliza de uno de los agresores. Sin embargo, no se atreve a denunciarlo a la policía. Más tarde, Félix se encuentra con una serie de personas que forman una familia alternativa para él: un joven gay que estudia arte y al que Félix enseña a dibujar, una anciana solitaria que le acoge en su casa, un apuesto trabajador del ferrocarril con el que tiene un breve encuentro sexual, una madre de tres hijos de tres padres diferentes y un amable pescador de mediana edad. A medida que va llamando a cada uno de estos personajes "hermano", "primo", "abuela" y similares, va construyendo una especie de familia y una nueva comprensión de la vida a través de esta odisea, sin importar que al final de la historia conozca realmente a su "verdadero" padre.

Félix está atormentado por el crimen racista que presenció, en el que, según se entera, la víctima murió, y en su incapacidad para hacer algo al respecto. Al detenerse en un hotel, ve cómo la policía detiene al asesino. Cuando llega a Marsella, Félix decide no ver a su padre y, en su lugar, se va de vacaciones románticas a Túnez con su amante.