Mientras conduce a casa en estado de embriaguez tras celebrar la victoria en un caso judicial, el ambicioso y joven fiscal del distrito de Chicago Mitch Brockden (Dominic Cooper) se ve involucrado accidentalmente en un atropello mortal. En un esfuerzo por preservar su carrera legal, lo encubre. Clinton Davis (Samuel L. Jackson), un mecánico de coches de 55 años (cuya esposa e hijo habían sido asesinados en un asalto a su casa por un preso en libertad condicional) es detenido por el asesinato, y ha informado de su relación con una serie de otros crímenes inexplicables. Brockden se convierte en el fiscal del caso y se asegura de que Davis sea absuelto por el crimen. Después de que otro hombre sea misteriosamente asesinado de forma similar a los casos anteriores sin resolver poco después de la liberación de Davis, Brockden y la detective Blake Kanon (Gloria Reuben) sospechan que Davis es un asesino en serie que asesina a personas en libertad condicional en un intento de evitar que cometan más crímenes.

Brockden registra la casa de Davis en busca de pruebas que demuestren sus sospechas. Al mismo tiempo, su hermanastro Jimmy Logan (Ryan Robbins) sigue a Davis hasta un almacén. Mientras habla por teléfono con Brockden, Logan es atacado por Davis dejándolo en coma. Brockden es arrestado por la policía y mientras está detenido, Davis amenaza con matar a la esposa de Brockden (Erin Karpluk). Éste se escapa de la cárcel para detenerlo. En un enfrentamiento, Brockden es herido por Davis, pero se salva cuando el detective Kanon dispara mortalmente a Davis. Durante los créditos, Brockden presenta a Logan a su mujer y a su hija pequeña.