En la primavera de 1940, tras la guerra civil española, dos hijos de un soldado caído, Manolo, un chico de dieciséis años, y su hermano pequeño Jesús, de ocho, sufren síntomas de tuberculosis. Su hermano mayor, Pepe, los lleva a un sanatorio rural en la Sierra de Gata, cerca de la frontera con Portugal. Allí permanecen para recuperar su salud bajo la vigilancia de Irene, la directora.

Manolo es el único adolescente, todos los demás son niños. Al comenzar su despertar sexual, queda prendado de Vicenta, la atractiva mujer encargada del cuidado de los niños. Cada noche, cuando se desnuda, Manolo la espía. Sin embargo, los coqueteos y avances sexuales de Manolo no encuentran respuesta ni en Vicenta ni en Paquita, una joven que también trabaja en el sanatorio. En cambio, es la enfermera jefe Irene, sexualmente reprimida, quien se encapricha con el joven. Obligado a asistir a clases contra su voluntad con los niños mucho más pequeños de la residencia, Manolo choca violentamente con el autoritarismo conservador de Doña Tránsito, la profesora. Tras un enfrentamiento con ella, Manolo se ve obligado a estudiar por su cuenta. Emilio, un viejo librepensador y conserje del sanatorio, guía a Manolo en sus lecturas y le enseña sobre Montaigne, Balzac y Flaubert.

Decepcionado por la repentina marcha de Vicenta, que tiene que dejar su trabajo, Manolo se encapricha pronto de la sucesora de Vicenta, María Jesús, una joven guapa del pueblo y sólo un año menor que él. El amigo de Manolo, Emilio, le anima en el despertar de su romance con María Jesús. Los dos adolescentes descubren pronto juntos su primer amor y su despertar sexual. Irene los descubre cuando se besan en la enfermería. Despide a María Jesús y la manda con su tío el cura local, deteniendo bruscamente su romance; María Jesús es en realidad la hija ilegítima del cura. Pepe, un oficial del ejército, regresa para llevarse a Manolo con el resto de su familia y los jóvenes amantes quedan separados para siempre.