Henry Chinaski es un alcohólico indigente que vive en un apartamento en ruinas en Los Ángeles y realiza trabajos de poca importancia cuando puede encontrarlos. Un hombre inteligente y muy consciente de su circunstancia, encuentra consuelo expresando sus sentimientos y percepciones del mundo a través de la escritura de poesía y relatos cortos que envía a revistas y periódicos para conseguir unos dólares extra.

Henry frecuenta un bar llamado El Cuerno de Oro, donde bebe, se junta con otros alcohólicos venidos a menos y se mete en altercados con el camarero, un tipo duro al que odia, Eddie. Una noche, Henry se mete en una pelea con Eddie y pierde. Al día siguiente, reparte sándwiches a dos clientes del bar. Al darse cuenta de que necesita comer antes de pelear (para ganar energía), le quita el sándwich de las manos a uno de los clientes y se lo come, dando asco al cliente y enfadando al dueño del bar, Jim, uno de los mejores amigos de Henry. Jim le dice a Henry que se acueste en su apartamento durante unas horas. Después de una siesta vespertina, Henry roba pan, mortadela y vino de otro apartamento para comer y beber con el fin de prepararse para luchar contra Eddie.

Henry vuelve a El Cuerno de Oro más tarde esa misma noche, y antagoniza con Eddie hasta que éste finalmente le reta a otra pelea. Henry salta sobre la barra y bebe cerveza del grifo, enfureciendo a Eddie. Jim apuesta por Henry para que gane a Eddie. Henry gana la pelea y es expulsado del bar. Jim gana su apuesta, que luego le da a Henry para que pueda comprar un par de bebidas para la noche.

Henry se dirige entonces a otro establecimiento de la calle, el Kenmore, donde sigue bebiendo. Allí conoce a Wanda, una compañera alcohólica y una mujer mantenida. Al principio, Wanda se molesta con Henry, diciéndole que "odia a la gente", pero se siente intrigada por sus respuestas sarcásticas e ingeniosas. Los dos compran licor en una tienda al otro lado de la calle, y Wanda entonces roba maíz de un maizal, atrayendo la atención de la policía. Los dos corren a su apartamento, evadiéndolos. Wanda hierve el maíz pero descubre que está verde y no es comestible, y entonces se asusta diciendo que nada en su vida funciona. Henry la consuela.

Al día siguiente, Henry se pone a buscar un trabajo para financiar su vida en común empapada de alcohol. Henry lleva a Wanda al Cuerno de Oro para que conozca a Jim y para que cobre una rebaja del impuesto sobre la renta que ha recibido trabajando seis meses en una fábrica de juguetes.

Sin embargo, las cosas se vuelven ásperas entre Henry y Wanda cuando éste descubre que Wanda se ha acostado con Eddie. Después de que él la reprenda por ello, Wanda golpea a Henry con su bolso, dejándolo inconsciente. Más tarde, un detective que sigue a Henry lo ve cubierto de sangre y llama al 911. Dos paramédicos llegan y no se inmutan por el hecho de que Henry esté cubierto de sangre, diciéndole que no pierda su tiempo. Wanda regresa más tarde y ambos se disculpan. Más tarde, esa misma noche, Wanda afirma que se está muriendo en la cama y que ve ángeles. Henry llama al 911 y llegan los mismos dos paramédicos, para su sorpresa, y afirman que Wanda sólo está borracha y "demasiado gorda".

Después de que Wanda se vaya a buscar un trabajo a la mañana siguiente, Henry es localizado por Tully Sorenson, una rica editora de libros, que ha quedado impresionada con sus escritos y está interesada en publicar algunas de sus obras. Lo encuentra a través del detective que ha contratado. Sabiendo que Henry es un indigente, Tully le paga un "adelanto" de 500 dólares. A continuación, Henry irrumpe en otro apartamento tras escuchar a un hombre que abusa de su mujer. Después de que el hombre amenace con degollar a su mujer, él y Henry se enzarzan en un altercado que acaba con el hombre apuñalado. Henry se escapa del edificio de apartamentos y sale a dar una vuelta por Los Ángeles con Tully. En un momento dado, embiste un coche en el que un hombre y una mujer se están besando mientras el semáforo está en verde. Tully le dice que fue inmaduro e imprudente en su respuesta. A continuación, le lleva a su casa donde, después de beber, los dos se acuestan juntos.

Al principio, Henry está impresionado con la promesa de riqueza y seguridad, incluyendo un suministro interminable de alcohol que podría proporcionarle el trabajar para Tully. Sin embargo, comienza a darse cuenta de que no se siente cómodo involucrándose con Tully, romántica o profesionalmente, debido a las diferencias de clase, diciéndole que está "atrapada en una jaula con barrotes de oro". Henry determina que debe marcharse, que volver a su vida de indigencia y alcoholismo es la única verdad que conoce.

Después de salir de la casa de Tully, Henry vuelve a su bar habitual y a Wanda. Henry compra bebidas para todos sus "amigos" en el bar. Eddie sospecha que Henry no tiene dinero y tiene ganas de pelea, así que le dice a Henry que le debe 40 dólares por las bebidas. Para sorpresa de Eddie, Henry paga con parte del adelanto que recibió de Tully y sarcásticamente le deja una propina a Eddie, diciéndole "Invita a una copa por mí". Tully se dirige a ver si puede hacerle cambiar de opinión, y lo encuentra en el bar donde una Wanda borracha y celosa procede a golpearla. Cuando Henry no intercede, Tully se da cuenta de que a Henry no le importa ella y no quiere su ayuda. Así que abandona el bar y renuncia a publicar su obra, dándose cuenta de que su persecución era inútil.

Eddie llama a Henry y salen detrás de la barra para una nueva pelea. Mientras Henry y los demás compañeros de bar siguen a Eddie por la puerta, la cámara se desplaza hasta la parte delantera del bar con el sonido de los puñetazos y el público animando a los dos hombres.