A principios de la década de 1980, un analista de alto rango del KGB, Sergei Grigoriev, desilusionado con el régimen soviético, decide pasar secretos soviéticos, incluyendo una lista de sus espías, al gobierno de Francia, entonces bajo el recién elegido presidente François Mitterrand, un socialista en coalición con el Partido Comunista. Grigoriev (llamado en clave Farewell por el servicio de inteligencia francés) espera forzar el cambio en la Unión Soviética revelando su extensa red de espías que intentan adquirir información científica, técnica e industrial de Occidente. Utiliza a Pierre Froment, un ingenuo ingeniero francés afincado en Moscú, como su improbable intermediario. Después de la primera transferencia de información, Pierre confía en su esposa Jessica, que se empeña en que deje esta actividad para salvaguardar a su familia. Grigoriev convence a Pierre para que continúe sin decírselo a Jessica. No acepta ni dinero ni deserción como recompensa, pero a veces pide pequeños regalos de los viajes de Pierre a Francia, como un Walkman Sony y cintas de casete de Queen para su hijo, algo de coñac o libros de poesía francesa. A medida que la prodigiosa producción de Farewell florece, los franceses se sienten desconcertados por la magnitud y el rendimiento de la tecnología occidental de punta transferida de forma encubierta a los soviéticos.

Bajo la sospecha de que no es un aliado de confianza, Mitterrand entrega personalmente al presidente estadounidense Ronald Reagan un dossier con datos inestimables de Farewell durante la cumbre del G7 en Ottawa. Los estadounidenses se quedan asombrados con él y con otras informaciones proporcionadas por Farewell, que culminan con la completa "Lista X" de espías soviéticos dentro de las más altas esferas del aparato científico e industrial occidental. Se embarcan en un ambicioso plan para alimentar a los soviéticos con datos erróneos o defectuosos; poco después, la red de espías tecnológicos soviéticos en Occidente es desmantelada, y Reagan anuncia el proyecto de escudo antimisiles "Star Wars". Privados de la información de alta tecnología de Occidente, y con sus propios laboratorios quedándose atrás, los dirigentes soviéticos entran en pánico. Viendo este desesperado estancamiento como lo que es, Mijaíl Gorbachov, entonces un funcionario del partido en ascenso, comienza a preparar las políticas de reforma que ha de seguir en el futuro.

El superior de Grigoriev, agente doble de la CIA, recibe instrucciones de ésta para sacrificar a Grigoriev y salvar a los Froment, todo ello sin que los franceses lo sepan. Grigoriev, detenido e interrogado por el KGB, se hace el tonto para dar tiempo a los Froments a escapar. Cubren sus huellas y huyen en coche hasta la frontera finlandesa. Durante su estancia en Alemania Occidental para ser interrogado, Pierre suplica al director de la CIA que salve a Grigoriev, alabando su integridad y abnegación. El director se niega por principio de política, al haber llevado al otro agente a Occidente. A Grigoriev se le concede su petición de ser ejecutado por un tirador en el embarcadero del lago nevado que ama. Más tarde, a Pierre se le ofrece un trabajo en la empresa en Manhattan.