Carlos es un ejecutivo bancario con dos hijos, Marcos y Sara, y una esposa, Marta. Sus hijos se preparan para ir al colegio y él se dispone a llevarlos. Suben al coche y Marcos lleva un balón de fútbol con un autógrafo porque quiere demostrar a sus amigos que realmente tiene el autógrafo. Tras arrancar el coche, Carlos recibe una llamada anónima en un teléfono que se ha dejado en el interior y le comunican que se ha colocado una bomba bajo cada uno de los asientos del coche, preparada para explotar si alguno de ellos abandona su posición sentada. Los dispositivos sólo se desactivarán cuando Carlos transfiera una gran suma de dinero a la cuenta de la persona que llama.

Detiene el coche cerca del colegio para tratar de averiguar esto. Algunos niños del colegio se agolpan alrededor del coche, queriendo ver el balón con el autógrafo. Carlos no deja que Marcos se baje para enseñar el balón a sus compañeros, y sus amigos piensan que ha mentido. Carlos llama a uno de sus compañeros de trabajo y le dicen que el misterioso hombre del teléfono (al que se referirán como "el desconocido") también les llamó a ellos. Carlos y su compañero de trabajo se reúnen y discuten la situación, todavía en cada uno de sus coches, bloqueando el tráfico. Mientras Carlos se aleja, alguien en el coche de su compañero de trabajo se baja y el coche explota. Carlos pasa horrorizado por delante del coche reventado y el desconocido le ordena a Carlos que se aleje rápidamente. Marcos está herido en la explosión y Carlos quiere llevarlo al hospital, pero el desconocido no le deja hasta que le transfiera el dinero.

Carlos llama a su mujer Marta, le cuenta la situación y le dice que vaya al banco a transferir el dinero de sus cuentas a la del desconocido. Carlos se sienta en su coche cerca del banco. Marta se presenta en el banco con otra persona.

Al teléfono, Carlos es detenido por la policía y es aislado por un equipo de artificieros. Entonces le dicen que debe liberar a Marcos y a Sara, pero sigue creyendo que están en peligro. Tras negociar con ellos, descubren que sólo hay una bomba en los dos asientos delanteros. Marcos, aún herido por la explosión en su pierna, es liberado, pero Sara salta en la parte delantera no queriendo abandonar a Carlos.

Después de un tiempo, Sara y Carlos reciben la visita de un antiguo cliente, llamado Lucas pero que dice ser el hermano de Carlos, Pablo. Les dice que fue él quien extorsionó por teléfono a Carlos por haber hecho que su mujer se suicidara tras ser engatusada para hacer malas inversiones que la arruinaron económicamente.

Lucas se va y comienza a decirle por teléfono que una bomba que les mostró antes estallará si Carlos no se escapa a un lugar donde le puedan enviar más dinero a su cuenta en 5 minutos. Sara y Carlos se apresuran a escapar a pesar del requerimiento de las autoridades hasta llegar a un muelle donde Sara acepta a regañadientes salir por su seguridad.

Lucas vuelve junto a Carlos en el asiento del copiloto y se explica, Carlos entonces decide conducir el coche hasta el agua para escapar de la explosión. Después de conducir hasta el agua y salir nadando, Carlos escapa y es reanimado por los paramédicos y más tarde es despedido de su trabajo en el banco.

La escena final incluye a Carlos hablando por teléfono con el nuevo empleado de su anterior puesto de gerente para hablarle de una oportunidad de negocio, y cuelga rápidamente el teléfono después de que la persona que llama le diga lo importante que es la familia para un negocio, lo que insinúa el mensaje que pretende la película.