En Roma, Chen Ching-hua y su tío Wang tienen problemas con su restaurante por culpa de un jefe del crimen que quiere su propiedad. Cuando Chen se niega a cederlo, el jefe envía a unos gánsteres para ahuyentar a los clientes. Apelando a un tío en Hong Kong, Chen recibe ayuda en forma de un joven artista marcial, Tang Lung (Bruce Lee). Al llegar por primera vez, se siente desorientado por su nuevo entorno y no parece más que un pueblerino. Decepcionada, Chen le pregunta en qué puede ayudarle, pero Tang le asegura con confianza que es lo suficientemente capaz. En el restaurante, Tang se entera de que el personal ha empezado a aprender karate, para disgusto de Quen, un empleado que prefiere el Kung Fu chino. Tang aconseja a Quen que tenga la mente abierta y que aproveche cualquier cosa que funcione.

Al poco tiempo, los gánsteres aparecen en el restaurante y amenazan a los clientes para que se vayan mientras Tang está usando el baño. Molestos por el mal momento de Tang, los empleados cuestionan su habilidad y la utilidad de su estilo. Cuando los gánsteres regresan más tarde, el personal se enfrenta a los matones en una pelea, sólo para ser derrotados. Sin embargo, Tang los derrota sin ayuda, lo que hace que el personal decida entrenar con él. El tío Wang les advierte de que los gánsteres buscarán venganza, pero Tang jura proteger el restaurante. Chen y Tang estrechan sus lazos y ella le lleva a visitar Roma, aunque a Tang no le impresiona la ciudad.

Ho, el subordinado del jefe del crimen, regresa con hombres armados y toma como rehén al personal del restaurante. Ho le da a Tang un billete para Hong Kong y le dice que regrese. Sin embargo, cuando sus hombres escoltan a Tang al exterior, éste se defiende y derrota a los matones con sus dos nunchakus, seguido de la ayuda del personal del restaurante. Tang advierte a Ho de que no vuelva, y los matones abandonan el restaurante. El personal celebra su victoria, pero el jefe de la banda amenaza con matar a Tang a menos que se vaya antes del Año Nuevo Chino, y el tío Wang insta a Chen a convencer a Tang de que se vaya.

Cuando Tang se niega a abandonar el restaurante, un asesino intenta matarlo desde un tejado cercano con un rifle de francotirador. Tang, ya inquieto por los fuegos artificiales cercanos, sobrevive al intento. A continuación, persigue y derrota al asesino tras engañarlo para que malgaste su munición. Cuando regresa al apartamento, descubre que Chen ha desaparecido. Suponiendo que Ho la ha secuestrado, Tang se dirige al cuartel general del jefe con el personal del restaurante, derrotando a sus hombres. Tang lanza una última advertencia al jefe para que deje en paz el restaurante. El personal vuelve a celebrarlo, pero un telegrama para Tang lo interrumpe al enterarse de que ha sido convocado de nuevo a Hong Kong. Tang les asegura que no se irá hasta que la situación se resuelva.

Ho contrata a dos artistas marciales para que desafíen a Tang: maestros de karate japoneses y europeos que, en un principio, se niegan a trabajar juntos. Cuando el jefe de la mafia indica que el dinero no es problema, Ho también recluta a un artista marcial de talla mundial llamado Colt. Ho conduce a parte del personal del restaurante a un lugar aislado bajo el pretexto de una tregua, donde los dos artistas marciales les tienden una emboscada. Estos derrotan inicialmente al personal, hasta que Tang interviene y deja que el personal acabe con el último. Mientras tanto, Ho atrae a Tang para que luche contra Colt en el Coliseo.

Al quedarse atrás, el tío Wang acuchilla a los dos miembros restantes del personal, ya que quiere vender el restaurante al jefe del crimen y volver a Hong Kong como un hombre rico. En una batalla decisiva de diez minutos, Tang inutiliza a Colt. Cuando Colt rechaza una oportunidad de clemencia, Tang lo mata de mala gana. A continuación, Tang coloca el gi y el cinturón negro de Colt sobre su cadáver como gesto de respeto, antes de descubrir a Ho y perseguirlo fuera del Coliseo. Cuando Tang y Ho regresan al lugar de la emboscada, el jefe de la mafia llega y dispara a Ho y al tío Wang. Entonces llega la policía, dirigida por Chen, y detiene al jefe mientras intenta matar a Tang.

Con el asunto finalmente resuelto, Tang emprende el regreso a Hong Kong. Mientras se marcha, Quen le dice a Chen que Tang es un solitario que nunca sentará la cabeza.