En algún momento de principios del siglo XX, el senador estadounidense Ransom "Ranse" Stoddard y su esposa, Hallie, llegan a Shinbone, un pueblo fronterizo de un estado occidental sin nombre, para asistir al funeral de Tom Doniphon. Cuando el director del periódico local le pregunta por qué un senador asiste al funeral de un ranchero pobre, Stoddard responde con una historia que retrocede 25 años.

Al entrar en el territorio entonces no incorporado como joven abogado, Ranse es golpeado y robado por el infame forajido Liberty Valance y su banda. Tom Doniphon y su manitas, Pompey, encuentran a Ranse y lo llevan a Shinbone, donde la novia de Tom, Hallie, le cura las heridas. Ranse se entera de que Valance aterroriza con frecuencia a Shinbone y al país circundante, ya que el alguacil local, Link Appleyard, tiene sobrepeso y es demasiado cobarde para detenerlo. Tom dice que Valance sólo entiende de fuerza, pero Ranse está decidido a llevar a Valance ante la justicia a través de la ley.

Mientras establece su bufete de abogados, Ranse sirve mesas en el asador de Peter Ericson, donde trabaja Hallie, y tras enterarse de que es analfabeta, abre una escuela para niños y adultos en la parte trasera de la oficina del periódico Shinbone Star tras hacerse amigo de su editor, Dutton Peabody. También empieza a practicar con la vieja pistola de Peabody después de que Valance le intimide en el restaurante. Hallie, atraída por Ranse y preocupada por su seguridad, le cuenta a Tom que Ranse practica con la pistola. Tom lleva a Ranse a su rancho para que reciba una lección de tiro, mostrando las renovaciones que están destinadas a su matrimonio con Hallie y dejando claras esas intenciones a Ranse. Durante la lección, engaña a Ranse disparando una lata de pintura sobre su cabeza y manchando su ropa. Ranse golpea furiosamente a Tom y se marcha.

Los hombres de Shinbone se reúnen para elegir a dos delegados para la próxima convención de la estadidad en la capital territorial. Tom rechaza la nominación de Ranse: finalmente, Ranse y Peabody son elegidos. Valance, contratado por los barones del ganado que se oponen a la estadidad, intenta, sin éxito, intimidar a los votantes para que lo elijan como delegado. Valance desafía a Ranse a un tiroteo que se celebrará más tarde en la noche. Tom se ofrece a ayudar a Ranse a abandonar la ciudad, pero éste se niega obstinadamente.

Esa noche, Valance y su banda cometen actos de vandalismo en la oficina del periódico y hieren gravemente a Peabody por publicar historias que él considera insultantes. Ranse se arma y va tras Valance; incluso borracho, Valance desarma fácilmente al inexperto Ranse y se prepara para matarlo. Ranse recupera su arma, supera a Valance y aparentemente lo mata. Ranse regresa a Ericson's donde Hallie le cura el brazo; Tom entra y ve el claro afecto de Hallie por Ranse mientras atiende sus heridas. Se emborracha, obliga a Appleyard a sacar a los hombres de Valance de la ciudad e intenta suicidarse prendiendo fuego a su casa; Pompeyo consigue rescatarlo.

En la convención territorial, Ranse es nominado como su delegado en el Congreso, pero se retira después de que un representante de los barones del ganado le llame asesino, considerando que no puede hacer carrera por "matar a un hombre". Tom llega y le explica a Ranse que fue él, y no Ranse, quien mató a Valance; sabiendo que Ranse nunca podría aspirar a vencer a Valance, Tom le disparó con el rifle de Pompeyo al mismo tiempo que disparaba. Tom anima a Ranse a aceptar la nominación por el bien de Hallie antes de salir tranquilamente de la convención.

En el presente, los crecientes logros políticos de Ranse -gobernador del estado, senador, embajador en el Reino Unido y probable candidato a la vicepresidencia en las próximas elecciones- completan los años transcurridos, pero el editor, sabiendo que la publicación de la historia arruinaría el legado de Ranse, opta por quemar sus notas y dejarle dirigir el funeral de Tom en paz. En el viaje de vuelta a Washington, D.C., Ranse contempla la posibilidad de retirarse a Shinbone, lo que complace a Hallie. Mientras agradece al conductor del tren las numerosas cortesías del ferrocarril, éste le responde: "¡Nada es demasiado bueno para el hombre que disparó a Liberty Valance!"