El Dr. Frederick Frankenstein es un médico conferenciante en una escuela de medicina estadounidense y está comprometido con Elizabeth, una mujer de la alta sociedad. Se exaspera cuando alguien saca el tema de su abuelo Victor Frankenstein, el infame científico loco con el que no quiere ser asociado, e insiste en que su apellido se pronuncia "Fronkensteen". Cuando un abogado le informa de que ha heredado la finca de su familia en Transilvania tras la muerte de su bisabuelo, el barón Beaufort von Frankenstein, Frederick viaja a Europa para inspeccionar la propiedad. En la estación de tren de Transilvania le recibe un criado jorobado y con ojos de insecto llamado Igor, cuyo propio abuelo trabajó para Víctor, y una joven y bella ayudante llamada Inga. Al oír que el profesor pronuncia su nombre "Fronkensteen", Igor insiste en que su nombre se pronuncia "Eyegor", en lugar del tradicional "Eegor".

Al llegar a la finca, Frederick conoce a Frau Blücher, la intimidante ama de llaves. Tras descubrir la entrada secreta al laboratorio de Víctor y leer sus diarios privados, Frederick decide reanudar los experimentos de su abuelo para reanimar a los muertos. Él e Igor roban el cadáver de un criminal recientemente ejecutado, y Frederick se pone a trabajar en el gran cuerpo. Envía a Igor a robar el cerebro de un "científico y santo" fallecido, Hans Delbrück. Sorprendido por su propio reflejo, Igor deja caer y arruina el cerebro de Delbrück. Tomando un segundo cerebro etiquetado como "anormal", Igor regresa con él y Frederick lo trasplanta al cadáver, pensando que ha trasplantado el cerebro de Delbrück.

Frederick da vida a la criatura mediante cargas eléctricas durante una tormenta eléctrica. La criatura da sus primeros pasos, pero, asustada porque Igor enciende una cerilla, ataca a Frederick y casi lo estrangula antes de sedarlo. Mientras tanto, sin saber de la existencia de la criatura, los habitantes del pueblo se reúnen para discutir su malestar por el hecho de que Frederick continúe con el trabajo de su abuelo. El inspector Kemp, un oficial de policía tuerto y con un brazo protésico, cuyo acento alemán es tan marcado que ni siquiera sus propios compatriotas pueden entenderle,[14] propone visitar al doctor, a quien exige que le asegure que Frankenstein no creará otro monstruo. Al volver al laboratorio, Frederick descubre a Blücher liberando a la criatura. Le revela la afición del monstruo por la música de violín y su propia relación sentimental con el abuelo de Frederick. La criatura se enfurece por las chispas de un interruptor accionado y escapa del castillo.

Mientras vaga por el campo, el monstruo tiene encuentros con una joven y un ermitaño ciego, referencias a Frankenstein de 1931 y La novia de Frankenstein de 1935, respectivamente[15] Frederick vuelve a capturar al monstruo y se encierra con él en una habitación. Calma las tendencias homicidas del monstruo con halagos y la promesa de guiarlo hacia el éxito, abrazando su herencia de Frankenstein. En un teatro lleno de invitados ilustres, Frederick muestra a "La Criatura" siguiendo órdenes sencillas. La demostración continúa con Frederick y el monstruo, ambos con sombrero de copa y esmoquin, interpretando el número musical "Puttin' On the Ritz". Una luz del escenario explota de repente y asusta al monstruo, que carga furiosamente contra el público, donde es capturado y encadenado por la policía. De vuelta al laboratorio, Inga intenta consolar a Frederick y duermen juntos en la mesa de reanimación suspendida.

El monstruo escapa cuando la prometida de Frederick, Elizabeth, llega inesperadamente de visita, y se la lleva cautiva mientras huye. Elizabeth se enamora de la criatura debido a su "enorme schwanzstucker"[16] Mientras la gente del pueblo caza al monstruo, Frederick toca el violín para atraer a su creación de vuelta al castillo y lo recaptura. En el momento en que la turba liderada por Kemp asalta el laboratorio, Frankenstein transfiere parte de su intelecto estabilizador a la criatura, que razona y aplaca a la turba. Elizabeth, con el pelo peinado como el de la criatura femenina de La novia de Frankenstein, se casa con el ahora erudito y sofisticado monstruo; mientras que Inga, en la cama con Frederick, pregunta qué obtuvo su nuevo marido a cambio durante el procedimiento de transferencia. Frederick gruñe sin palabras y abraza a Inga que, como hizo Elizabeth cuando fue raptada por el monstruo, canta el estribillo "Ah, dulce misterio de la vida".