Final de El juego del cambio
(2012)Final de El juego del cambio (2012)
Título original: Game Change
Sinopsis
Telefilm que se centra en las elecciones americanas de 2008, sobre todo, en las campañas de Sarah Palin (Julianne Moore) y John McCain (Ed Harris), que constituyeron un fracaso debido a la victoria de Barack Obama. Producida por Tom Hanks para la HBO, está basada en el polémico best-seller de Mark Halperin y John Heilemann, que sacaba a la luz los trapos sucios de los candidatos.
Jay Roach
Director
Mark Halperin
Escritor
Theodore Shapiro
Compositor
Jim Denault
Fotógrafo
Amy Sayres
Productor
Reparto principal
Julianne Moore
Woody Harrelson
Ed Harris
Peter MacNicol
Jamey Sheridan
Sarah Paulson
Como acaba El juego del cambio
La película se abre en 2010 con una historia marco: El estratega republicano Steve Schmidt es entrevistado por Anderson Cooper para 60 minutos. Cooper plantea una pregunta difícil sobre la ex candidata a la vicepresidencia Sarah Palin: ¿fue seleccionada porque sería la mejor vicepresidenta o porque ganaría las elecciones?
La historia se remonta a la campaña presidencial del senador John McCain en 2008, que está luchando por competir con otros candidatos republicanos durante la temporada de primarias. En una llamada telefónica desesperada de McCain a Schmidt, éste se entera de la decisión de no participar en la carrera de 2008, pero McCain convence a Schmidt para que lo reconsidere.
Meses más tarde, Schmidt es el principal estratega de la campaña de McCain y, con su ayuda, McCain ha conseguido la nominación republicana. El compañero de fórmula preferido por McCain, el senador Joe Lieberman, es rechazado por la mayoría de sus asesores principales -incluido Schmidt- porque no ayudará a competir con la celebridad de su oponente, el senador demócrata Barack Obama. Los estrategas buscan rápidamente un candidato que cambie el juego. El sustituto debe hacer cuatro cosas: entusiasmar a la base conservadora, ganar el voto de los independientes, distanciar la campaña de la administración Bush y cerrar la "brecha de género", el déficit de 20 puntos del GOP con las mujeres. Investigando a destacadas mujeres políticas republicanas, la campaña encuentra que Palin, la gobernadora de Alaska, tiene las cualidades carismáticas que buscan. Tras un proceso de selección excepcionalmente breve, es seleccionada. La revelación pública de Palin crea el revuelo que Schmidt y McCain buscaban, lo que les lleva a igualar o superar a Obama en las encuestas.
Aunque el discurso de aceptación de Palin en la Convención Nacional Republicana es bien recibido, a la campaña le preocupa que sea una ignorante en muchos temas políticos y que esté muy poco preparada. Schmidt se ocupa de las polémicas de su pasado, como el Troopergate y el "Puente a ninguna parte", mientras que otros miembros del personal intentan llenar las amplias lagunas de su conocimiento de la política nacional y exterior. Mientras se prepara para las entrevistas, se preocupa por sus índices de aprobación en Alaska y por la ausencia de su familia durante la campaña, y acaba por no responder a los asesores que empiezan a cuestionar su estado mental. Varias meteduras de pata destacadas en entrevistas importantes, como las realizadas a Katie Couric, son fuente de burlas en los medios de comunicación y de frustración en la campaña. Abrumada y mal preparada, Palin rechaza los intentos de Schmidt y Nicolle Wallace de darle un curso intensivo sobre los principales temas, y luego les culpa de haber organizado entrevistas públicas que acaban revelando su falta de conocimientos.
El personal también llega a aceptar que Palin es mejor para memorizar y pronunciar líneas que para entender realmente los temas. Así, la preparan a regañadientes para el debate de la Vicepresidencia haciendo que Palin memorice unos cuarenta minutos de temas de conversación, con lo que consigue superar el debate sin mayores incidentes. Sin embargo, la creciente popularidad de Palin entre las bases republicanas, incluso cuando se aleja de los votantes de la corriente principal, pronto eclipsa la campaña; Palin se vuelve poco cooperativa, rechazando -y entrando en conflicto con- Schmidt y el resto del personal de la campaña a medida que gana sus propios seguidores. De hecho, Palin rechaza a McCain al discrepar públicamente de su decisión de poner fin a la campaña en Michigan. A finales de 2008, cuando las perspectivas parecen escasas, el equipo de campaña impulsa una campaña negativa contra las asociaciones pasadas de Obama con la élite liberal, que Palin apoya pero McCain resiste. McCain, por su parte, se desanima por la campaña negativa, viendo cómo surge una creciente hostilidad y vitriolo hacia Obama entre los partidarios de McCain. Cuando se acerca el día de las elecciones, los responsables de la campaña lamentan que Palin haya resultado ser un estilo sin sustancia, y Schmidt se lamenta de que no hayan investigado su competencia. McCain consuela a Schmidt reafirmando que arriesgarse con Palin era mejor que desvanecerse.
Cuando Obama gana la noche de las elecciones, Schmidt intenta impedir que una rebelde Palin pronuncie un discurso de concesión junto con el de McCain. Ella apela a McCain, que está de acuerdo con Schmidt. Le dice a Palin que ahora es una de las líderes del partido y le advierte que no se deje secuestrar por el extremismo. Rick Davis (director de campaña de McCain) comenta que Palin será olvidada pronto. Durante el discurso de concesión de McCain, éste da las gracias a Palin, que recibe un enorme y sostenido aplauso, cánticos y entusiasmo del público, que se nota en las caras de los asesores de McCain. La película vuelve a la entrevista de 2010; a la pregunta de Cooper sobre si volvería a elegir a Palin si tuviera la oportunidad de volver atrás, Schmidt responde que la vida no da tregua.