Walter (Kevin Bacon) intenta hacer un movimiento con Robin (Hannah Pilkes) -la joven a la que le gustaba mirar los pájaros- pidiéndole que se sentara en su regazo; pero entonces, se ve sacudido hasta los huesos cuando Robin confiesa con lágrimas en los ojos que su padre la hizo sentarse en su regazo -un claro indicio de que su padre le estaba haciendo insinuaciones sexuales-, sin embargo ella estaba dispuesta a hacerlo por Walter, probablemente como una forma de encontrar aceptación y algo de compañía. Él se siente disgustado consigo mismo por sus intenciones, y en su lugar le pide que se vaya a casa.

En su camino de regreso a su apartamento, ve a "Candy" (Kevin Rice), dejando al chico rubio salir de la parte de atrás de su coche, probablemente de vuelta de violarlo. Esto le prende fuego y le hace saltar sobre el chico y darle un buen golpe. Sin embargo, se abstiene de golpearlo hasta la muerte; en su lugar, acude a Vicki (Kyra Sedgwick).

A la mañana siguiente, el Sargento Lucas (Mos Def) se detiene una vez más en la casa de Walter para hacerle saber que la policía está al tanto de la golpiza que le dio a "Candy", y que el tipo no se atrevería a presentar cargos contra Walter, porque él mismo es un pedófilo convicto, buscado en Virginia por un crimen sexual contra otro chico -es como una indirecta "felicitaciones por hacer lo correcto"-; también se da cuenta de que el lugar está lleno de cajas empacadas. Walter se está mudando con Vicki, lo que indica que ya podría estar dando algún sentido y dirección a su vida.

Una secuencia final muestra el encuentro entre Walter y su hermana Annette; su marido Carlos (Benjamin Bratt) la convenció de ello, pero ella sigue demasiado herida y furiosa con él y se marcha. Y, como si fuera una voz en off, Walter y su terapeuta Rosen (Michael Shannon) hablan, y Walter dice que entiende que le llevará tiempo a su hermana aceptarle de nuevo, y que se siente bien por ello.