Una madre y ama de casa llamada Sylvia va a recoger a su hija Clara al colegio y la encuentra desaparecida. La profesora le dice que ha recibido una llamada telefónica de alguien que dice ser ella, diciendo que está enferma y que un vecino vendrá a recogerla en su lugar.

En la comisaría, Sylvia, su marido Bernardo y la profesora son interrogados en busca de posibles pistas sobre quién podría haberse llevado a la niña. Bernardo revela que tiene la firme sospecha de que ha sido obra de una mujer llamada Rosa, con la que llevaba un tiempo de relación. Rosa es llevada para ser interrogada. Al principio, se muestra reacia a hablar, y dice a la policía que fue chantajeada para llevarse a la niña a instancias de una mujer llamada Bete, cuyo marido estaba supuestamente involucrado en una aventura con Sylvia. La policía descubre que esto es una mentira después de que una investigación en el barrio revele que no existe tal mujer, y después de que el policía la amenace, Rosa confiesa todo.

Rosa y Bernardo se encuentran en una estación de tren después de que este último viera en ella el tren y la siguiera. Su romance comienza apasionadamente, pero Rosa se enfada cuando descubre que Bernardo le mintió sobre estar casado y tener una familia. Le dice que no le importa ser su amante mientras tanto, pero comienza a visitar a su mujer y a su hijo, haciéndose amiga de ella fingiendo ser una conocida común de un viejo amigo y obsequiando a su hija con regalos. Al ser informado de esto por su esposa, Bernardo se enfurece y pelea con Rosa, abusando de ella y diciéndole que no vuelva a buscar a su familia. Rosa hace caso omiso de esta petición e intenta vengarse de él pagando a una mujer en un bar para que le llame por teléfono, haciéndose pasar por la esposa del amante de Sylvia para intentar sabotear su relación. Además, descubre que Bernardo ha reanudado su relación con Sylvia de todas formas, y que es probable que su romance haya llegado a su fin.

Durante una discusión sobre el futuro de su relación, Rosa revela que se le ha retrasado la regla. Rosa accede a la petición de Bernardo de hacerse una prueba de embarazo, que resulta positiva. Le dice a Bernardo que puede reanudar su vida sin importarle lo que ocurra con ella, pero que va a tener el niño pase lo que pase. Tiempo después, Bernardo engaña a Rosa para que visite a un conocido suyo que la droga y le practica un aborto contra su voluntad.

Devastada e inestable, Rosa intenta concertar un último encuentro con Bernardo, pero es rechazada. Recoge a Clara en el colegio y finalmente la lleva a un solar abandonado, donde saca una pistola de su bolso, mata a la niña y quema su cadáver con un líquido inflamable. La película termina con una voz en off del agente de policía que describe la declaración de Rosa sobre el asunto: no siente ningún remordimiento y comprende todo el peso de sus actos. No desea un abogado, no se preocupa por lo que le pueda pasar y no desea el perdón de nadie.