En la Suecia medieval, el próspero cristiano Per Töre envía a su hija, Karin, a llevar velas a la iglesia, que se encuentra a un día de viaje. Karin está acompañada por su media hermana paterna Ingeri, quien está embarazada de un hijo fuera del matrimonio y que adora en secreto al dios nórdico Odín. En su camino a través del bosque a caballo, Ingeri se asusta cuando llegan a un molino junto al arroyo y reprende a Karin, pero Karin decide continuar sola, dejando a Ingeri en el molino.

Ingeri se encuentra con un hombre de un solo ojo en el molino. Cuando Ingeri le pregunta su nombre, él responde enigmáticamente que no tiene ninguno "en estos días". El hombre le dice a Ingeri que puede ver y oír cosas que otros no pueden. Cuando el hombre hace avances sexuales hacia ella y le promete poder, Ingeri huye aterrorizada. Mientras tanto, Karin conoce a tres pastores, dos hombres y un niño, y los invita a almorzar con ella. Eventualmente, los dos hombres mayores violan y asesinan a Karin. Ingeri, después de alcanzar al grupo, presencia toda la escena desde una distancia oculta. Los dos hombres mayores luego se preparan para abandonar el lugar con la ropa de Karin. El niño menor queda con el cuerpo, pero reacciona mal ante la situación y se consume de culpa. Incluso intenta enterrar el cuerpo esparciendo tierra, pero se detiene a mitad de camino y corre junto con los hombres mayores.

Luego, los pastores, sin saberlo, buscan refugio en la casa de la niña asesinada. Durante la noche, uno de los pastores de cabras ofrece vender la ropa de Karin a su madre, Märeta, y ella sospecha lo peor. Después de que se duermen, la madre encierra al trío en la sala de comedor y revela sus sospechas a Töre. Töre se prepara para descubrir la verdad sobre la situación y se encuentra con Ingeri, quien ha regresado. Ella se derrumba frente a Töre y le cuenta sobre la violación y el asesinato. Confiesa que secretamente deseaba la muerte de Karin por celos. En un ataque de ira, Töre decide asesinar a los pastores al romper el alba. Apuñala a uno de los hombres mayores hasta matarlo con un cuchillo de carnicero y arroja al otro al fuego. También mata al niño, levantándolo y lanzándolo contra la pared, mientras su esposa observa horrorizada.

Poco después, los padres de Karin, junto con los miembros de su hogar, salen a buscar el cuerpo de su hija con Ingeri liderando el camino. Töre se derrumba al ver el cuerpo de Karin y llama a Dios. Jura que, aunque no puede entender por qué Dios permitiría que algo así suceda, construirá una iglesia en el lugar de la muerte de su hija. Mientras sus padres levantan el cuerpo de Karin del suelo, brota un manantial del lugar donde descansaba su cabeza. Ingeri procede a lavarse con el agua mientras la madre de Karin limpia la suciedad del rostro de su hija.