En 1999, A, un director de cine estadounidense de origen griego, recibe una llamada telefónica de su melancólica hija en el estudio de Cinecittà. Se apresura a regresar a su apartamento en Roma, donde encuentra una carta que su madre, Eleni, escribió a su padre, Spyros, en 1956.

En 1953, Eleni y Jacob, un judío de origen alemán, ven el noticiario en Temirtau. Spyros llega, y él y Eleni se suben a un tranvía, abandonando a Jacob. El tranvía llega a la plaza pública frente a la oficina del gobierno, donde se anuncia públicamente la muerte de Stalin. Esa noche, tras un encuentro íntimo, Spyros y Eleni son detenidos y separados.

En la Siberia de 1956, Eleni mete a su hijo de tres años en el tren hacia Moscú, donde la hermana mayor de Jacobo se hará cargo de él.

En la Nochevieja de 1973, Eleni y Jacob cruzan la frontera de Hungría a Austria. Después de celebrar juntos el Año Nuevo, Eleni pone fin a la relación y anima a Jacob a seguir adelante con Israel.

En el verano de 1974, Eleni encuentra finalmente a Spyros en los suburbios de Nueva York. Sin embargo, se marcha sin saludarle al darse cuenta de que ya está casado con otra mujer.

En el invierno de 1974, Eleni cruza la frontera de Estados Unidos a Canadá. Allí, ella y A se reencuentran por primera vez en muchos años. A lleva a Spyros a un bar de Ontario, donde trabaja Eleni. Spyros le propone matrimonio a Eleni y ella acepta.

En 1999, Eleni y Spyros llegan a Berlín. Jacob les visita y los tres van a la estación. Allí, Eleni se siente mareada. Spyros llama a A y le informan de que han encontrado a su nieta. Eleni y Spyros van al viejo edificio donde su nieta se atrinchera entre adictos y vagabundos. Eleni entra y rescata a su nieta. Regresan al apartamento berlinés de A, y Eleni se acuesta en la habitación de su nieta. Después de la visita, Jacob se ahoga en el río Spree.

El día de Año Nuevo de 2000, Eleni muere. Spyros y su nieta se asoman a la ventana. Al cabo de un rato, los dos corren de la mano bajo la nevada Puerta de Brandemburgo.