Tres años después de los acontecimientos de la película anterior, el Dr. Anton Phibes emerge de la animación suspendida cuando la Luna entra en una alineación con los planetas que ocurrió por última vez hace 2.000 años. Phibes se prepara para llevar el cuerpo de Victoria al Río de la Vida en Egipto, que promete la vida eterna para él y Victoria. Sin embargo, su antiguo mapa en papiro hacia el río ha sido tomado por Darius Biederbeck, un hombre que ha vivido durante siglos gracias al uso regular de un elixir especial. Tras traducir el papiro, Biederbeck busca el Río de la Vida para él y su amante Diana. Phibes y su silenciosa ayudante Vulnavia entran en la casa de Biederbeck, matan a su criado y reclaman el papiro; parten hacia Southampton para tomar un barco hacia Egipto. Biederbeck viaja en el mismo barco con Diana y su ayudante Ambrose. Cuando Ambrose descubre el cuerpo de Victoria guardado en la bodega, Phibes lo mata. Su cuerpo es metido en una botella gigante y arrojado por la borda. El inspector Trout descubre el cadáver cuando la botella llega a la orilla cerca de Southampton. Él y el superintendente Waverley interrogan al agente marítimo Lombardo; al escuchar las descripciones de Vulnavia, un órgano y una banda de relojería cargados a bordo, se dan cuenta de que el Dr. Phibes es el responsable.

Trout y Waverley persiguen a Phibes hasta Egipto, alcanzando al grupo arqueológico de Biederbeck cerca de la montaña que alberga el templo oculto. Phibes, tras instalarse en el interior del templo, esconde el cuerpo de Victoria en un compartimento secreto de un sarcófago vacío. También encuentra la llave de plata que abre las puertas del Río de la Vida. Phibes comienza a matar a los hombres de Biederbeck uno por uno. El equipo de Biederbeck irrumpe en el templo y se lleva el sarcófago y la llave. Phibes utiliza una prensa de tornillo gigante para aplastar al hombre que custodia el sarcófago y un ventilador gigante para simular una tormenta de viento, amortiguando sus gritos. El sarcófago es recuperado.

Biederbeck no se conmueve por los asesinatos e insiste en continuar. Envía a Diana y a Hackett, el último miembro del equipo, de vuelta a Inglaterra. Hackett es sacado de su camión por los hombres reloj de Phibes que se hacen pasar por tropas británicas. Cuando vuelve al camión, Diana ya no está y él ha muerto por un golpe de arena. Su camión se estrella contra la tienda de Biederbeck.

Al darse cuenta de que Phibes debe haberse llevado a Diana, Biederbeck se enfrenta a él. Phibes exige la llave a cambio de la vida de Diana, alegando que cuando se abra la puerta el agua saldrá de la trampa de Diana y fluirá por la puerta. Al no poder liberarla de la trampa de agua de Phibes, Biederbeck le entrega la llave. Phibes abre la puerta del Río de la Vida, hace pasar por ella el ataúd de Victoria y convoca a Vulnavia para que se una a ellos al otro lado. Biederbeck regresa a la puerta cuando ésta se cierra, suplicando a través de los barrotes que Phibes lo lleve con él. Phibes lo ignora. Diana intenta consolar a Biederbeck, pero éste envejece rápidamente y muere.