Durante un ataque al Cielo, el Rey Demonio Toro lucha y pierde contra el Emperador de Jade, el gobernante del Cielo. La hermana del Emperador y amante del Rey Demonio Toro, la princesa Abanico de Hierro, convence al Emperador de que lo perdone y lo destierra a él, a la princesa Abanico de Hierro y al resto de los demonios a la Montaña Llameante. La diosa Nüwa sacrifica su cuerpo para reconstruir el Cielo con cristales. El Emperador de Jade nombra a su sobrino Erlang Shen guardián de la Puerta del Sur, a pesar del resentimiento de Erlang por la tarea. Uno de los cristales cae en el monte Huaguo, tomando la forma de un mono con el paso del tiempo. Un zorro de nueve colas queda marcado tras tocar el cristal y es arrastrado por una fuerza misteriosa.

Años más tarde, el mono es acogido y entrenado por Subhuti, bautizándolo como Sun Wukong. El Rey Demonio Toro planea invadir de nuevo el cielo utilizando a Wukong y aprovechando la ira de Erlang hacia el Emperador de Jade. Erlang acepta ayudar al Rey Demonio a cambio de conseguir matar a su tío y ocupar el trono del Cielo. El plan se mantiene en secreto para la princesa Abanico de Hierro, que está embarazada del Rey Demonio. Wukong viaja al palacio del Rey Dragón para encontrar armas para los monos del Monte Huaguo. Tras derrotar al Rey Dragón, Wukong queda intrigado por un bastón plantado en el mar. Lo retira, provocando una violenta tormenta. El Rey Toro Demonio pregunta a una joven Vixen si le gustaría volver a encontrarse con su viejo amigo. Ella se revela como el zorro de nueve colas y el Rey Demonio como la fuerza que se la llevó, afirmando haberle salvado la vida. Después de que el Rey Dragón informe al Cielo de la destrucción de Wukong, Erlang envía a Nezha a detenerlo.

La Zorra, que revela que se llama Ruxue, se reúne con su viejo amigo, Wukong. Éste le promete hacerla inmortal tras saber que morirá cuando cumpla 200 años. La pareja es atacada por Nezha, pero es asesinada por el Rey Demonio Toro. Wukong se hace amigo del Rey Demonio, que apela al ego de Wukong y le tienta con los tesoros del Cielo, incluida la inmortalidad. Wukong viaja al Cielo y aprende el secreto de la inmortalidad. El Rey Demonio y Erlang conspiran aún más, revelando que si Wukong consume el elixir del Emperador, aumentará su poder.

Erlang intenta convencer al Emperador de Jade de que Wukong es un demonio, pero Subhuti interviene explicando que Wukong no es malvado. Wukong se reúne con el Emperador, y se le da un puesto cuidando los establos. La Princesa Abanico de Hierro se entera del plan del Rey Demonio, que justifica su ataque como el destino. Wukong se encuentra con un gran horno. Erlang, disfrazado de doncella, le tienta revelándole que allí se fabrica el elixir del Emperador. Wukong es retenido por Subhuti y le dice que se vaya, pero Erlang le reta a tomar el elixir. Wukong consume el elixir y lucha contra Erlang hasta que éste huye. Avergonzado, Wukong abandona el Cielo y regresa para encontrar el Monte Huaguo destruido y a todos sus amigos muertos, incluida Ruxue, que tiene una sustancia oscura alrededor del cuello. Enfurecido, Wukong regresa al Cielo después de que el Rey Demonio Toro le convenza de que ellos fueron los responsables. Wukong ataca a los ejércitos del Cielo y al Emperador.

Suhuti lucha contra el Rey Demonio pero es derrotado. Wukong observa que el Rey Demonio conjura la misma sustancia oscura que encontró en Ruxue y se da cuenta de que fue él quien mató a sus amigos. Wukong ataca al Rey Demonio pero es derrotado. A través de una visión, la diosa Guan Yin ayuda a Wukong a darse cuenta de sus errores. El Rey Demonio derrota al Emperador y mata a Erlang, tomando el trono. Wukong lucha una vez más contra el Rey Demonio, enviándolo a la Tierra. Más tarde, la princesa Abanico de Hierro da a luz a Niño Rojo. Encuentran al Rey Demonio Toro que, habiendo perdido todo su poder, se ha convertido en un toro normal. Abanico de Hierro explica que éste es el destino de los hombres malvados, pero sigue cuidando del toro a pesar de todo. Wukong desea ayudar al Emperador a reconstruir el Cielo, pero Buda se lo impide. Buda le revela que la oportunidad de expiación de Wukong llegará dentro de 500 años, pero debe dormir dentro de la mano de Buda convertida en montaña hasta entonces. Wukong acepta y es sellado por Buda. 500 años después, Tang Sanzang se acerca a la montaña.