Ambientada a finales del siglo XV, durante el reinado del rey Yeonsan, dos payasos callejeros y equilibristas, Jangsaeng (Kam Woo-sung) y Gong-gil (Lee Joon-gi), forman parte de una compañía de artistas. El afeminado y bello Gong-gil se especializa en papeles femeninos; su director lo prostituye con clientes ricos, y Jangsaeng está asqueado por esta práctica. Después de que Gong-gil mate al director en defensa de Jangsaeng, la pareja huye a Seúl, donde forma un nuevo grupo con otros tres artistas callejeros.

Juntos, el grupo prepara una obra de teatro en la que se burlan de algunos miembros de la corte real, incluido el rey y su nueva concubina Jang Nok-su. Aunque ganan mucho dinero con la actuación, acaban siendo arrestados por traición y azotados severamente. Jangsaeng hace un trato con Choseon, uno de los asesores del rey, para hacer reír al rey con su obra o ser ejecutados. Los tres intérpretes menores están demasiado aterrorizados para actuar bien. Gong-gil y Jangsaeng se salvan a duras penas con una última broma al rey, que se ríe y los hace formar parte de su corte.

Cuando el rey quiere ver más actuaciones, los payasos deciden hacer folletos pidiendo a otros juglares que hagan una prueba para unirse al grupo. Los otros payasos se dan cuenta de que Jangsaeng y Gong-gil tienen una letra idéntica, ya que Jangsaeng aprendió a escribir observando a Gong-gil. La corrupción dentro de la corte se pone de manifiesto cuando los payasos hacen una representación en la que ridiculizan a los miembros del consejo insinuando que reciben regalos caros a cambio de favores. El rey está encantado con la representación, pero al ver que los miembros del consejo no se divierten, se vuelve contra ellos y les pregunta uno por uno si son culpables de lo que los payasos se burlan de ellos. Destierra a un ministro corrupto y ordena que le corten los dedos y los exhiban a todos los demás miembros del consejo como advertencia.

Con el tiempo, el rey se enamora de Gong-gil, al que llama a menudo a sus aposentos privados para que haga espectáculos de marionetas de dedo. Jangsaeng se pone celoso de esta relación y sugiere que se vayan, pero Gong-gil no acepta inmediatamente. Mientras tanto, el rey se vuelve cada vez más inestable. Hace que los payasos representen una obra que muestra cómo su madre (interpretada por Gong-gil), la concubina favorita del anterior rey, fue obligada a tomar veneno tras ser traicionada por otras concubinas celosas. El rey mata a estas concubinas al final de la obra, y la reina madre muere del shock. Jangsaeng pide entonces a Gong-gil que se vaya con él y con la banda una vez más antes de que el rey los mate también durante uno de sus ataques homicidas. Gong-gil, que al principio simpatizaba con el rey, ruega al tirano que le dé la libertad, pero el rey se niega.

La principal concubina del rey, Jang Noksu, se enfurece cada vez más por la atención que el rey ha estado prodigando a Gong-gil. Los miembros del consejo intentan matarlo durante una partida de caza, lo que provoca la muerte de uno de los miembros del equipo de actuación callejera. Días después de la cacería, el rey besa a la fuerza a Gong-gil y su violencia contra los miembros de su propia corte se intensifica, especialmente ante la mención de su padre, que considera que sigue gobernando el reino incluso después de su muerte. Esto lleva a la compañía de actores a decidir finalmente abandonar el palacio, porque el rey se ha vuelto demasiado imprevisible, pero Gong-gil le ruega a Jangsaeng que no le deje solo, ya que no se le permite salir del palacio. Entonces, Jang Noksu intenta que Gong-gil sea encarcelado haciendo circular volantes con la letra de Gong-gil en los que se insulta gravemente al rey. Jangsaeng asume la culpa del crimen del que se acusa falsamente a Gong-gil, ya que la letra de ambos es la misma, y se dispone a ser decapitado a la mañana siguiente.

Sin embargo, Choseon libera en secreto a Jangsaeng, diciéndole que debe olvidar a Gong-gil y abandonar el palacio. Pero Jangsaeng ignora el consejo y vuelve a pasearse por la cuerda floja por los tejados del palacio, esta vez burlándose abiertamente y en voz alta del rey. El rey le dispara flechas mientras Gong-gil intenta en vano detenerlo. Jangsaeng se cae y es atrapado, y se le marcan los ojos con hierro candente como castigo antes de ser arrojado de nuevo a la cárcel. Gong-gil intenta suicidarse, pero los médicos de palacio le salvan la vida: el rey pierde entonces el interés por él y vuelve con su consorte.

El rey hace que Jangsaeng camine por la cuerda floja a ciegas. Mientras Jangsaeng cuenta la historia de sus pruebas y tribulaciones con Gong-gil mientras hace equilibrios en la cuerda, Gong-gil sale corriendo para unirse a él. Gong-gil le pregunta a Jangsaeng de qué le gustaría volver a ser en su próxima vida y Jangsaeng responde que seguiría eligiendo ser un payaso. Gong-gil responde que él también volvería como nada más que un payaso. Al final hay un levantamiento popular que provoca un ataque al palacio, y mientras la gente asalta la corte, Jangsaeng y Gong-gil saltan juntos de la cuerda, y Jangsaeng tira su abanico. La última escena es feliz y en ella Jangsaeng y Gong-gil parecen reunirse con su compañía de payasos, incluido el amigo que murió antes durante el incidente de la caza. Toda la compañía bromea, canta y baila, mientras todos se alejan alegremente en la distancia.