Antoine (Kadeem Hardison) y Kenny Tyler (Marlon Wayans), dos hermanos cercanos, juegan un partido de baloncesto en 1986. Su lema es "A&K: All the Way", creado por su madre. Su padre, James, entrena al equipo y le indica a Kenny que haga el último tiro para ganar, pero éste le pasa el balón a Antoine por miedo, que falla y les cuesta el partido. Esa noche, Kenny trata de animar a Antoine, aún molesto por haber fallado el tiro. James les dice que lo único que tienen que hacer es mantenerse unidos y que todo puede pasar.

En el presente, Antoine y Kenny son un dúo famoso en su equipo de baloncesto universitario de la Universidad de Washington, los Huskies. Celebrando su victoria más reciente en un club nocturno, Kenny conoce a R.C. St. John (Michael Michele), un reportero de la UW, con el que despierta su interés. Durante un partido de carretera en UCLA, Antoine anota un mate antes de sufrir un ataque al corazón mientras cuelga del aro. El entrenador Pederson (David Paymer) informa a Kenny y al equipo después del partido de que Antoine ha muerto.

Sin Antoine, el equipo comienza a desmoronarse. Sin embargo, durante un partido comienzan a producirse secuencias extrañas que conducen a una sorprendente victoria. Antoine se le aparece a Kenny en el vestuario, revelando que ayudó al equipo de forma sobrenatural, y le explica que la razón por la que ha vuelto es porque Kenny le llamó. Los compañeros de Kenny empiezan a cuestionar su preocupante comportamiento (ya que sólo Kenny puede ver a Antoine), y éste informa a sus compañeros de la reaparición de Antoine, que se muestran escépticos hasta que Antoine utiliza fuerzas sobrenaturales para persuadirlos. Bajo la influencia de Antoine, el equipo arrasa en la competición y acaba llegando al torneo de la NCAA, por primera vez en más de una década. Mientras tanto, la relación de Kenny con R.C. se profundiza, a pesar de los esfuerzos de Antoine por disolver a los dos, creyendo que R.C. sólo quiere conseguir una historia sobre él, lo cual es parcialmente cierto. R.C. se prepara para enviar una historia al periódico cuando Kenny le revela que Antoine está ayudando al equipo, pero finalmente decide no hacerlo.

El resto del equipo empieza a tener recelos de que Antoine les ayude en sus partidos. Kenny se lo comunica a Antoine, que se pone furioso y destroza la sala en la que están. Después de calmarse, Antoine le cuenta a Kenny que nunca quiso fallecer. Kenny le dice al equipo que quiere que Antoine se quede, porque no quiere volver a perder a su hermano. Sin embargo, en la Final Four contra Georgetown, las travesuras de Antoine lesionan gravemente a su All-American, Jerrod Smith (Flex), un amigo íntimo de Kenny. Mientras Kenny visita a Jerrod en el hospital, R.C. llega y sabe que es por culpa de Antoine, al haber descubierto su espíritu y pistas en las imágenes de un partido. R.C. le dice a Kenny que está dejando que Antoine dirija su vida incluso en la muerte, y que nunca vivirá de verdad a menos que deje ir a Antoine. Kenny le dice a Antoine que no interfiera durante el partido del campeonato con el equipo a su lado, o perderán voluntariamente. Decepcionado, Antoine se va, pero se queda cerca.

El equipo juega mal en la primera parte del campeonato sin la intervención preternatural de Antoine, lo que provoca un discurso de Kenny en el descanso que anima a sus compañeros y conduce a una impresionante remontada en la segunda parte para cerrar el partido. Con el marcador empatado en los últimos segundos, Kenny intenta el tiro ganador del partido. Antoine trata de ayudar, pero Kenny le dice que no lo haga, y consigue el tiro por sí mismo, ganando los Huskies su primer campeonato. Antes de ascender al más allá, Antoine comparte un último momento con su hermano, recordándole a Kenny que siempre estará con él. Mientras Kenny celebra con su equipo, Antoine se aleja en la distancia bajo un conjunto de luces. El entrenador Pederson lo ve y le pregunta a Kenny si era Antoine, a lo que Kenny admite, diciendo su mantra: "A&K all the way".