Final de El último asalto
(2006)
Final de El último asalto (2006)
Título original: The Last Drop
Sinopsis
Segunda Guerra Mundial, septiembre de 1944. En un intento de acabar la guerra por Navidad, Winston Churchill concibe un plan extraordinario: enviar 35.000 soldados tras las líneas enemigas, a la Holanda ocupada por los alemanes. Entre las tropas británicas hay un pequeño grupo de hombres cuyo nombre en clave es "Caja de Cerillas", y con un objetivo muy distinto: han de encontrar un impresionante tesoro de oro holandés y obras de arte que los nazis guardan en un lugar aparentemente inexpugnable.
Colin Teague
Director
Maxime Alexandre
Fotógrafo
Colin Teague
Autor
Reparto principal

Billy Zane

Neil Newbon

Michael Madsen

Alexander Skarsgård

Neil Jackson

Tommy Flanagan
Como acaba El último asalto
La película está ambientada en la Segunda Guerra Mundial, durante la Operación Market Garden, la mayor invasión aérea de la historia.
El cabo Powell (Neil Newbon), un oficial encubierto de la inteligencia británica, ha recibido el mando de una pequeña unidad de hombres, cuyo nombre en clave es Matchbox. Su misión es recuperar un tesoro de oro y arte holandés, saqueado por los nazis, de un búnker subterráneo aparentemente inexpugnable. Es muy sencillo, pero cuando la Matchbox es derribada antes de llegar al punto de entrega, su plan se desbarata y Powell se ve obligado a reclutar la ayuda de varios personajes pintorescos, entre los que se encuentran un ladrón de poca monta (Nick Moran), un experto en desactivación de bombas ebrio (Tommy Flanagan) y un piloto con buen ojo para las mujeres (Billy Zane).
Mientras Powell y su banda itinerante de inadaptados se abren paso a través de un contraataque alemán, Benitta y Saskia, miembros de la resistencia holandesa (Lucy Gaskell y Coral Beed) han conseguido localizar el lugar donde se encuentra el botín robado, que está a punto de ser trasladado a Berlín por el vil comandante de las SS Kessler (Laurence Fox) y sus tropas.
Arriesgando sus vidas, comunican esta información vital a la inteligencia británica en un valiente intento de liberar los Países Bajos ocupados. Al mismo tiempo, las fuerzas alemanas renegadas corren para hacerse con el botín. Es una carrera contrarreloj, en medio de una acalorada batalla.