Final de El último viaje de Robert Rylands
(1996)
Final de El último viaje de Robert Rylands (1996)
Título original: El último viaje de Robert Rylands
Sinopsis
Adaptación libre -y polémica- de la novela "Todas las almas", de Javier Marías. Narra la historia de un profesor español en Oxford que es testigo del regreso de un hombre muy popular allí.
Gracia Querejeta
Director
Elías Querejeta
Escritor
Ángel Illarramendi
Compositor
Elías Querejeta
Productor
Reparto principal

Lalita Ahmed

Kenneth Colley

Karl Collins

Ben Cross
Como acaba El último viaje de Robert Rylands
Robert Rylands, un seductor arqueólogo y profesor universitario de 60 años, se presenta voluntariamente a declarar en la comisaría. Su relato ante el comisario, que dura toda la noche, comienza con la llegada a Oxford de Juan Noguera, un joven profesor que va a impartir un curso de literatura española en la universidad. Juan se aloja en casa de su colega y amigo Alfred Cromer, que vive con su hermana y su hija pequeña.
Juan pronto percibe que el reciente regreso de Robert Rylands a la ciudad, tras diez años de ausencia, perturba a la familia. Intenta investigar la causa, pero tanto Alfred como Jill se niegan a revelar el secreto que hay entre ellos. Mientras tanto, Alfred cae enfermo y se le diagnostica un cáncer terminal. Rylands intenta repetidamente ponerse en contacto con Alfred, pero éste se niega a verle.
Poco a poco Juan y Jill comienzan a enamorarse. Al final Juan descubre la causa del resentimiento contra Robert Rylands. Robert y Alfred eran amantes, y Jill se interpuso yéndose un día a la cama con Robert. Jill se quedó embarazada de su hija, y cuando Alfred se enteró, la relación entre los dos hombres se rompió, y entonces Robert se embarcó en uno de sus viajes de exploración sin fecha de regreso.
Alfred sale del hospital en silla de ruedas, y poco después, Juan colabora en un complot para reunirse con Robert. Tras reconciliarse los reproches del reencuentro, Robert le dice que quiere que vivan juntos el tiempo que le queda, pero Alfred le dice que si le quiere de verdad, tiene que ayudarle a morir con dignidad. Robert finalmente acepta, y tras dispararle con su vieja pistola, va a la comisaría a confesar.