La película turca El violín de mi padre (Babamin Kemani) cuenta su historia en torno a un director de conciertos, Mehmet (Engin Altan Düzyatan), y la sobrina Özlem (la adorable recién llegada Gülizar Nisa Uray) a la que apenas conoce. El nuevo "Gran Papá" de Turquía asume la responsabilidad de la crianza de los hijos porque su hermano distanciado ha muerto de cáncer de páncreas.

Esto prepara el terreno para una película de género "reconfortante" que intenta tirar de la fibra sensible mientras cada personaje trata de tantear al otro. A Mehmet le preocupa la nueva pieza musical de apertura que tiene que componer. Lo único que le importa a Özlem es, ya sabes, la comida, el cobijo y la ropa, algo que su tío ignora ciegamente cuando su mujer, Suna (Belçim Bilgin), le deja. ¿Por qué? Por su cabezonería de negarse a dar una oportunidad a su sobrina.

Por supuesto, al final de la película, Mehmet encuentra su amor por su sobrina. Mientras le prepara sus famosos huevos y pan casero, le permite coger el teléfono móvil en su casa. Son los servicios sociales y, por el altavoz, quieren saber por qué no dejó a Özlem anoche. Por supuesto, esto la hace llorar y sale corriendo de la casa con su violín. El director de orquesta la encuentra en un parque y la escucha tocar por primera vez. Se abrazan, y mientras lo hacen, sientes que han formado una nueva familia.

Explicación del final de El violín de mi padre

El final hace que El violín de mi padre ofrezca un cierre a Mehmet, a través de Özlem, la sobrina que parece sacada directamente de la película Brave. Se revela que los hermanos crecieron con un padre abusivo y una madre alcohólica. Luego le cuenta por qué estaba enfadado con su padre. Por ponerle, era el hermano menor en un barco sin que el mayor le acompañara. Esto parece inusual, ¿no? Como niño pequeño, pensó que lo habían dejado solo y sin nadie que lo protegiera.

Resulta que Özlem sabe lo que ha pasado. Su padre le dijo que sólo tenía dinero para Mehmet para ese viaje en barco, no para él. Sacrificó su felicidad y se ató a su vida infantil y adolescente de abusos. Todo para que su hermano menor pudiera tener una vida mejor. Una oportunidad real, eso sí, de cumplir sus sueños.

De la misma manera que quería que Mehmet le diera a su hija una oportunidad en la vida.