En las pacíficas colinas de los Apalaches, al este de Kentucky, se están vertiendo toxinas en minas abandonadas, causando estragos medioambientales, pero los lugareños, preocupados por sus trabajos y por el poder de los propietarios de las minas, no pueden hacer nada. El agente de la CID de la EPA, Jack Taggert, es enviado a investigar, después de que un compañero, que se revela como amigo y socio de Jack, sea encontrado muerto, probablemente no por accidente. La EPA ha recibido una carta anónima de Jackson, Kentucky, y Taggert va allí de incógnito para continuar las investigaciones de su colega.

Se descubre que se está pagando a la Hanner Coal Company, propiedad de Orin Hanner Sr., para que vierta residuos tóxicos en el pozo de una mina de carbón abandonada, por lo que se asigna a Jack que vaya a la pequeña ciudad de Jackson, donde su tapadera es la de ayudante y carpintero voluntario de una iglesia local. Se aloja en una habitación del sótano de la iglesia y comienza su trabajo de encubrimiento reparando el tejado de una casa en la que uno de los niños está enfermo a causa de la contaminación. Intenta interrogar a la familia, pero no tienen mucho que decir. Los resultados no son mucho mejores en otros lugares; incluso el hombre que avisó a la EPA se muestra decididamente taciturno. Mientras analiza el agua, Taggert se adentra en un campo de marihuana local y es abordado por los cultivadores. Tras desarmarlos, les dice que no tiene interés en detenerlos.

Los hombres responsables de la muerte del otro agente no tardan en darse cuenta de la presencia de Taggert. Como recién llegado a la pequeña comunidad local, se ve amenazado por el hijo de Hanner, Orin, Jr. (Brad Hunt), la incompetente herramienta local de la empresa, el corrupto sheriff local Lloyd Foley, y varios matones que trabajan para ellos. Los matones en cuestión comienzan dejando dos serpientes de cascabel en su vivienda; Taggert responde capturando las serpientes vivas y dejándolas en la camioneta que conducían los matones, lo que hace que se estrellen. Poco después, cinco de ellos le atacan mientras está comprando provisiones, y reciben una fuerte paliza como resultado. Orin ordena entonces a uno de sus camioneros que organice un "accidente" sacándolo de la carretera, pero Taggert escapa con vida mientras que el conductor muere tras caer por el acantilado de una mina a cielo abierto.

Mientras ocurren estos conflictos, Taggert entabla una relación con Sarah Kellogg, una joven que vive en el pueblo. Ella es considerada una paria por el asesinato de su padre, un crimen del que fue acusada pero no condenada. Finalmente, acepta testificar contra Orin y los suyos, para enfado de su distanciado hermano Earl, quien realmente cometió el crimen, después de que el padre de ambos descubriera sus abusos sexuales contra ella. Earl se revela como uno de los matones de Hanner, y prende fuego a la iglesia, matando en el proceso al predicador que ayudaba a Taggert. A continuación, intenta derribar la mina con Taggert dentro. Taggert escapa, mientras que varios mercenarios son asesinados, incluyendo a Earl.

Con pruebas y un testigo, Taggert llama al FBI para que ponga a Sarah bajo custodia. Sin embargo, se revela que son corruptos y se produce un tiroteo. Taggert mata a uno de los agentes y envía al segundo a Orin con el mensaje de que será el siguiente en ir a por él. Sin embargo, cuando Orin es arrestado y acusado, se libra de un tirón de orejas por las violaciones medioambientales. Taggert vuelve a la ciudad y se abre paso entre los últimos matones de Orin, Jr. y le exige la verdad. Orin accede a entregar las pruebas del Estado, implicando a su padre en cargos de chantaje, conspiración y asesinato. Taggert se dirige a un casino para arrestar a Orin, padre. Al enterarse del recibimiento que le espera en la prisión federal, Orin saca una pistola y se resiste, pero Taggert le dispara en el hombro y se lo lleva detenido. Taggert regresa entonces a Jackson, donde se reúne con Sarah.