En la institución educativa privada Holloman High School de Nueva Inglaterra, el curioso profesor Myers (Ricky Wayne) interroga al estudiante Quentin Smith (Jonathan Baron) sobre sus aparentes vínculos ancestrales con el antiguo director Alger Danforth (M. C. Gainey), un notorio asesino y líder de una secta. Lleva a Quentin al sótano de la escuela para interrogarlo en privado. A Quentin se le muestran algunos artefactos históricos relacionados con Danforth. Se le escapan de las manos accidentalmente y, en el proceso, una cápsula del tiempo de los años 50 se abre, permitiendo que el fantasma de un Danforth fallecido y su asistente femenina atrapados en ella escapen. El resto de la academia desconoce este incidente, excepto el conserje de la escuela, Ortiz (Danny Trejo), que es informado de la fuga de Danforth, pero es encerrado en el armario del conserje por la secuaz de Danforth. Ortiz se presenta como conocedor de Danforth y de los demás fantasmas - se revela como el guardián secreto de la academia que lleva décadas investigando las acciones de la secta de Danforth, causante de la muerte de su hermana.

Mientras tanto, Quentin ha conseguido escapar a duras penas. Se apresura a informar a siete de sus amigos sobre la situación y les pide ayuda. Danforth y su secuaz utilizan sus poderes sobrenaturales para hacer frente a sus esfuerzos. Al final, la mayoría de ellos mueren, excepto Quentin y su novia Whitney (Lauren Pennington). Ellos liberan a Ortiz de su encierro. Justo entonces llegan Danforth y su ayudante. La secuaz es eliminada con la ayuda del espíritu de la hermana de Ortiz, pero Danforth posee a Quentin después de matar a Ortiz. Ahora convertido en fantasma, Ortiz se enzarza en una refriega con Danforth obligándole a salir de Quentin. Mientras luchan, Quentin disuelve el anillo de Danforth, que le permite sobrevivir, haciendo que desaparezca en la nada. La paz se restablece y las operaciones en Holloman se reanudan con normalidad.