Pauline (AnnaLynne McCord) es una estudiante de secundaria alienada y perturbada que busca la aceptación de su familia. Está rodeada por un padre sin carácter, Bob (Roger Bart), una madre rencorosa, Phyllis (Traci Lords), y Grace (Ariel Winter), una hermana a la que adora a pesar de que se parece más a su madre. Pauline está obsesionada con ser cirujana y atormentada por sueños extraños, violentos y sexuales. A medida que pasan los días, Pauline delira cada vez más.

Cuando escucha a su madre decir que su hermana tendrá que estar en la lista de trasplantes por su Fibrosis Quística, Pauline se propone llevar a cabo un plan impensable. Un día, mientras su madre está fuera, droga a su padre hasta dejarlo inconsciente. A continuación, secuestra a su malcriada vecina Kimberly y deja inconsciente a su hermana Grace. Pauline se afeita la cabeza, se lleva a Grace y a Kimberley al garaje y empieza a operar. Corta los pulmones de Kimberley y se los pone a Grace. Sin embargo, está claro que sus delirios se han apoderado de Pauline; no utiliza equipo estéril, ni respiradores, ni un equipo que la ayude en el proceso. Su cambio de pulmones es un esfuerzo inútil, ya que sin los procedimientos médicos adecuados acaba de matar a Kimberley y a su hermana.

Phyllis llega a casa y encuentra a Bob atado. Finalmente encuentra a Pauline en el garaje, junto a las dos chicas muertas. Pauline le pide a su madre que mire más de cerca y vea lo bien que lo ha hecho, sin darse cuenta todavía de lo que ha hecho. Phyllis grita y se abalanza sobre su hija, antes de empezar a abrazarla, porque Pauline sigue siendo su hija y se da cuenta de que su desatención a los problemas de Pauline ha provocado en parte lo ocurrido. Pauline comienza a llorar también, aparentemente teniendo un breve momento de claridad al darse cuenta de que acaba de matar a su hermana. Phyllis grita una vez más y la pantalla se pone en negro, dejando sin saber lo que ocurre a continuación.