A medida que se acerca el Día de la Madre, un grupo de personas aparentemente desconectadas en Atlanta se enfrentan a sus relaciones con sus madres.

Sandy (Jennifer Aniston) es una madre divorciada de dos niños, Mikey y Peter, cuyo ex marido, Henry (Timothy Olyphant), se ha vuelto a casar recientemente con una mujer más joven, Tina (Shay Mitchell). Todavía acostumbrándose a esto, conoce a Bradley (Jason Sudeikis), un ex marine, en el supermercado. La esposa de Bradley, Dana (Jennifer Garner), teniente de la marina, murió hace un año, dejándole con sus dos hijas, Vicky (Ella Anderson) y Rachel (Jessi Case). Todas la echan mucho de menos.

Kristin (Britt Robertson), adoptada de nacimiento, tiene su propia hija, Katie, y se plantea casarse con el padre de su hijo, Zach. Considera que su vida está incompleta y su amiga Jesse (Kate Hudson) la anima a buscar a su madre biológica. Jesse también resulta ser la mejor amiga de Sandy.

Jesse y su hermana Gabi (Sarah Chalke) tienen sus propios problemas con sus padres, que consideran demasiado racistas y homófobos para estar en sus vidas: Jesse está casado y tiene un hijo, Tanner con Russell (Aasif Mandvi), que no es blanco. Gabi está casada con su novia Max (Cameron Esposito) y tiene un hijo, Charlie (Owen Vaccaro). Cuando sus padres, Earl (Robert Pine) y Florence (Margo Martindale) aparecen de repente, hay que ponerse al día.

Mientras está en Atlanta promocionando su último libro, Miranda (Julia Roberts), una consumada autora y personalidad de la televisión, recibe la visita sorpresa de Kristin, que es su hija, a la que se vio obligada a dar en adopción al nacer, ya que era sólo una adolescente. Su reconciliación lleva a Kristin a pedirle a Zach que se case con ella en directo y a casarse el mismo día, para que Miranda pueda participar.

Los padres de Jesse y Gabi les tienden una emboscada a ellos y a sus parejas en su autocaravana, y con la ayuda de la madre de Russell a través de Skype, le obligan a reconciliarse con Jesse. Más tarde, las familias, incluida su madre, que vuela desde Las Vegas, celebran el Día de la Madre con un picnic en el parque.

Sandy y Bradley se encuentran de nuevo por casualidad en el hospital. Ella está allí por el ataque de asma de su hijo menor, él por un percance en la fiesta del Día de la Madre que estaba organizando y que terminó con su ingreso en el hospital por una pierna rota. Al ayudarla a desengancharse de una máquina expendedora, combinado con el ánimo de sus hijas, Bradley empieza por fin a verla con buenos ojos.