El sargento detective Bruce Robertson, un intrigante, manipulador y misántropo matón, dedica su tiempo libre a las drogas, al alcohol, a las relaciones sexuales abusivas y a "los juegos", su eufemismo para referirse a los complots vengativos que urde para causar problemas a las personas que le caen mal, incluidos muchos de sus colegas del cuerpo de policía de Edimburgo.

Bruce también se deleita en intimidar y aprovecharse de su apacible amigo Clifford Blades, miembro de la logia masónica de Bruce, cuya esposa, Bunty, es el objetivo de sus repetidas llamadas telefónicas obscenas. Sólo muestra verdadera calidez con Mary y su hijo pequeño, la esposa viuda y el hijo de un hombre al que intenta reanimar, sin conseguirlo, después de que sufra un ataque al corazón en la calle.

Al comienzo de la historia, el principal objetivo de Bruce es conseguir un ascenso para convertirse en detective inspector, cuyo camino parece abrirse cuando se le asigna la supervisión de la investigación del asesinato de un estudiante japonés de intercambio. Sin embargo, Bruce pierde poco a poco el control de la realidad mientras trabaja en el caso y tiene alucinaciones cada vez más vívidas.

A través de intercambios oníricos con el Dr. Rossi, el psiquiatra de Bruce, se descubre que éste está medicado por un trastorno bipolar y que ha reprimido un inmenso sentimiento de culpa por un accidente de la infancia que provocó la muerte de su hermano pequeño. Nos enteramos de que su esposa Carole le ha dejado y le niega el acceso a su hija Stacey.

Estos problemas domésticos provocaron su desesperado intento de ascenso, influyeron en sus inusuales muestras de amabilidad hacia Mary y su hijo, y también le han llevado a empezar a travestirse como su mujer cuando no está de servicio para "mantenerla cerca" de él.

Mientras deambula por las calles en esa ocasión, Bruce es secuestrado por una banda callejera liderada por el matón Gorman -responsable del asesinato- y golpeado duramente. Sin embargo, consigue matar a Gorman lanzándolo por una ventana y es encontrado por sus compañeros. Bruce no sólo pierde el ascenso como consecuencia de los hechos, sino que de hecho es degradado a agente y es reasignado a uniforme, mientras que el novato Ray Lennox es ascendido a detective inspector.

Posteriormente, Blades recibe una cinta de Bruce disculpándose. Bruce se prepara para suicidarse en la horca, pero es interrumpido en el último momento por Mary y su hijo que llaman a su puerta. Entonces rompe la cuarta pared y se dirige al público repitiendo su eslogan - "se aplican las mismas reglas"- y se ríe mientras la silla se le escapa.