Con la ayuda de Olaf, el muñeco de nieve, y de Kristoff, el cortador de hielo, la princesa Anna (Kristen Bell) llega al castillo de hielo donde su hermana, la reina Elsa, se ha recluido. Ella trata de convencer a Elsa para que regrese a casa, pero solo enfurece a Elsa, quien la golpea con su hielo mágico y crea un muñeco de nieve gigante para tirarlos a todos fuera del castillo. El cabello de Anna comienza a ponerse blanco. Kristoff decide llevarla a los trolls que lo criaron, para pedirles consejo.

Mientras tanto, el prometido de Anna, el príncipe Hans, lleva a un equipo al castillo de hielo, donde capturan a la reina Elsa y la devuelven encadenada a su hogar.

Los trolls les dicen a Kristoff que el corazón de Anna se ha congelado y que morirá a menos que reciba un acto de amor verdadero. Todos asumen que esto significa que Anna recuperará la salud con un beso del príncipe Hans. Kristoff lleva a Anna a casa en su reno Sven. Ella busca a Hans y le dice que solo su beso puede salvarle la vida. En este momento, Hans revela que nunca quiso a Anna. Solo planeaba casarse con Anna o Elsa, para conseguir un trono.

Hans encierra a Anna en una sala, luego les dice a todos sus sirvientes y soldados que está muerta, pero él afirma haberse casado con ella, lo que lo convierte en el legítimo gobernante de la tierra. Como rey en funciones, declara que la Reina Elsa es culpable de asesinato y traición, y anuncia su intención de matarla, pero cuando Hans va al calabozo para matar a Elsa, ella usa sus poderes para escapar.

La débil y moribunda Anna va tras Elsa. Ella ve a Kristoff cabalgando hacia ella en Sven, y creemos que él puede salvar a Anna besándola, pero antes de que eso suceda, Anna ve a Hans acercándose a Elsa con una espada, a punto de matarla. Todo el cuerpo de Anna está comenzando a convertirse en hielo, pero con su último aliento, con su última fuerza, Anna evita que Hans mate a Elsa.

Anna se queda completamente congelada. Su hermana Elsa, llorando profusamente, la abraza. Pero el sacrificio de Anna fue un acto de amor (simplemente no amor romántico), y este acto derrite los corazones de ambas hermanas. Anna vuelve a la normalidad, y Elsa se da cuenta de que el amor es el secreto para controlar sus poderes mágicos.

Elsa elimina la nieve y el hielo de su reino pero usa su magia para mantener vivo a Olaf, el muñeco de nieve.

Hans es enviado encadenado de regreso a su tierra natal, donde su familia lo castigará. Anna parece estar a punto de casarse con Kristoff. Y una reina más feliz, Elsa, convierte el patio real en una enorme pista de patinaje sobre hielo, abierta a todos. Ella ya no será una reclusa, y ya no cerrará las puertas de su nación a los extraños.

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