Final de Fue la mano de Dios
(2021)Final de Fue la mano de Dios (2021)
Título original: È stata la mano di Dio
Sinopsis
La historia semiautobiográfica de la mayoría de edad de Fabietto Schisa, un niño del Nápoles de la década de 1980 cuyos años de adolescencia están marcados por alegrías inesperadas como la llegada de la leyenda del fútbol Diego Maradona, y una tragedia igualmente inesperada. El destino juega su papel, la alegría y la tragedia se entrelazan, y el futuro de Fabietto se pone en marcha en una historia de familia, deportes y cine, amor y pérdida.
Paolo Sorrentino
Director
Lele Marchitelli
Compositor
Daria D'Antonio
Fotógrafo
Scott Stuber
Productor
Reparto principal
Filippo Scotti
Toni Servillo
Teresa Saponangelo
Marlon Joubert
Luisa Ranieri
Renato Carpentieri
Como acaba Fue la mano de Dios
Fue la mano de Dios o È Stata La Mano Di Dio es una historia de adolescencia de su director Paolo Sorrentino, que creció en el Nápoles de Maradona y que de repente se vio obligado a convertirse en adulto debido a un suceso dramático. 20 años después de su debut como director, Paolo Sorrentino ha decidido contar su historia personal de hombre, hijo y director, creando una película que funciona también como un homenaje al Nápoles de los años 80 y a la adolescencia destinada a dar paso a la edad adulta.
La candidata italiana en la carrera por la mejor película internacional en los Oscar de 2022 tiene una tendencia cíclica. Tras el clímax de la segunda mitad de la película, ésta se cierra retomando algunos elementos napolitanos del inicio. En las secuencias finales de la película producida por Netflix y ganadora del Gran Premio del Jurado en el Festival de Venecia descubrimos el destino de Fabietto (el alter ego de Paolo Sorrentino), mientras que el director cierra la película con un doble homenaje a su ciudad, tanto musical como visual.
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¿Por qué Fabietto deja Nápoles?
Tras la repentina muerte de sus padres, Fabietto se encuentra en un momento crítico de su vida. Su infancia debe terminar abruptamente y en pocas semanas tendrá que tomar decisiones que cambiarán su vida para siempre. El dinero escasea y el hermano no está dispuesto a ejercer esa perseverancia que tanto admiraba en Maradona, por lo que Fabio se encontrará únicamente persiguiendo su sueño cinematográfico, del que, sin embargo, aún no percibe claramente los contornos.
La baronesa se encargará de iniciar en el sexo a Fabietto, guiándolo en su primera relación sexual. Cuando la mujer le pide a Fabietto que piense en una chica que ama y que diga su nombre, él piensa en la tía Patrizia. Su primer amor seguirá siendo siempre su musa, aunque luego descubramos que la mujer ha acabado en un hospital psiquiátrico, incapaz de salir de la vorágine de ilusiones y alucinaciones que ha supuesto la pérdida del hijo tan esperado.
Fabietto también contará con la ayuda del director Antonio Capuano (que incluso en realidad lo quería como asistente y guionista antes de su debut como director). En una larga charla nocturna de confrontación, el director consigue hacer entender a Fabietto lo que tiene que decir al mundo con su cine: la respuesta es la rabia por no haber visto los cuerpos de sus padres muertos, envenenados por el monóxido de carbono de una estufa en la segunda casa.
Tras unas breves vacaciones en Stromboli con su hermano y una entrevista con su amigo contrabandista que acabó en la cárcel, Fabietto decide tomar las riendas de su destino e intentar el camino del cine. Contrariamente a lo que le sugiere Capuano, no se queda en Nápoles, sino que parte hacia Roma.
El significado de la escena final de Fue la mano de Dios
Fabietto sube a un tren regional que parte de la estación de Nápoles hacia Roma. Se pone los auriculares en su walkman y empieza a escuchar música. En un momento dado, ve por la ventanilla una figura encapuchada: es el bebé munaciello de la tradición napolitana, que se le había aparecido al principio de la película a su tía Patrizia. La figura parece hacer señas a Fabietto, que la observa atentamente.
Es una especie de despedida de Nápoles a uno de sus hijos, pero también una alusión a la suerte que tendrá la expedición de Fabietto. El munaciello cumplirá su deseo profesional. La canción de Pino Daniele Napule continúa en los créditos otro homenaje de Sorrentino a una de las figuras artísticas icónicas de la ciudad.